CÚCUTA.- En el estadio General Santander, como debía ser, se anunció la vuelta del Cúcuta Deportivo a casa. Los encargados de dar la buena nueva fueron el gobernador William Villamizar, el alcalde César Rojas y el mayor accionista José Augusto Cadena. Atrás quedan las rencillas, el distanciamiento y las amenazas de parte y parte.
El 19 de agosto, frente a Fortaleza, por una fecha más del torneo de segunda división del fútbol profesional colombiano, será recordado como el día que los motilones volvieron al otrora fortín inexpugnable. Seguro, la fecha perdurará en el imaginario rojinegro, como ocurre con otras que hacen parte de la historia del club.
“Lo que queríamos con el Alcalde era que regresara el buen fútbol, que regresara un equipo bueno y competitivo. Lo tenemos, ahora debe estar aquí siendo protagonista del fútbol colombiano”, dijo Villamizar Laguado.
“Es un compromiso adquirido y el equipo regresa, teniendo en cuenta los arreglos y las adecuaciones de la gramilla del estadio, mediante técnicas que manejen el corte del césped, abonos, nivelación y demarcaciones, aportaremos algunos recursos importantes el año entrante para gradería, camerinos y tablero electrónico moderno”, aseguró Rojas Ayala.
“El diálogo fue la mejor manera. Nos sentamos y hablamos. Fueron muchas instituciones que estuvieron a cargo de esto, hoy pudimos sacar una conclusión y lo mejor es que el Cúcuta regrese a la ciudad”, comentó Cadena.
Así, se firma la ‘pipa de la paz’ entre los dirigentes civiles y deportivos de la ciudad. Cadena se llevó el equipo para Zipaquirá y amenazó con ponerlo en otra plaza, porque en la capital de Norte de Santander no encontró apoyo.
Villamizar y Rojas respondieron, al unísono, que el empresario debía ponerse al día en los impuestos y no volvieron a prestar el estadio. Requisito para regresar, que el once se muestre como cuadro competitivo y luche por retornar a la primera división.
Los hinchas maldijeron al accionista mayoritario, lo enjuiciaron públicamente y mediante grafitis lo expulsaron de la ciudad. Los aficionados le perdieron el amor al presidente y desde antes del cambio de sede, en el General Santander pidieron la renuncia.
Los concejales de Cúcuta se metieron en la pelea para defender los intereses del pueblo y declararon a Cadena ‘persona no grata’. Luego, le prepararon un foro para descuerarlo y terminaron poniéndose la camiseta que les trajo de Zipaquirá.
Ahora, resta incentivar a la hinchada para que demuestre el apoyo que siempre ha tenido para con el once motilón y asista al estadio. “La invitación es a la afición a respaldar, a acompañar, a comprar la boleta”, lo dijo William Villamizar.
“Empezaremos a trabajar, haremos reformaciones a los camerinos y estamos pensando en invertir unos recursos para instalar una pantalla gigante”, lo afirmó César Rojas.
La mesa está servida. Falta que los oferentes del banquete cumplan con lo que se han comprometiendo. Los invitados, aguardan las tarjetas para disfrutar la fiesta.