CÚCUTA.- Internos(as), personal de seguridad y administrativos de la Penitenciaría de Cúcuta participaron con entusiasmo en la jornada especial de júbilo y gracia. La celebración religiosa se cumplió en el Día de la Virgen de la Merced, patrona de los reclusos.
El complejo carcelario se llenó con sonrisas sinceras, expresiones de tranquilidad y deseo profundo de acogerse a la misericordia de Dios Padre. Al cierre de la semana de fiesta en honor a la santa patrona, los presos recibieron con alegría la visita de monseñor Julio César Vidal Ortiz.
El Obispo de Cúcuta, acompañado por 30 sacerdotes y 70 laicos, presidió el jubileo y la indulgencia plenaria para hombres y mujeres privados de la libertad.
“La Iglesia, que continúa la obra de Cristo, se hace presente en las dos cárceles para mostrar el amor infinito de Dios. Ella, que es madre y maestra, acoge a toda persona e invita a hombres y mujeres a la conversión”, dijo monseñor Vidal.
Al referirse al sentido de la jornada, que se cumple en el Año de la Fe, afirmó que “el Papa (Francisco) nos ha pedido que las gracias, los bienes y los dones que vienen de lo alto lleguen al mayor número de personas”.
A las 8:00 de la mañana, la comitiva evangelizadora inició el recorrido por los 32 pabellones del penal. Los visitantes impartieron catequesis y posteriormente se celebró de manera simultánea la sagrada eucaristía en los distintos patios.
En la capilla central monseñor Julio César Vidal administró el sacramento de la Confirmación a 96 hombres y mujeres. La preparación la adelantaron de la mano del capellán Luis Enrique Sequeda y recibieron el Espíritu Santo que les anima a la vivencia comprometida de fe, siendo discípulos misioneros que anuncian el Evangelio y dan testimonio de vida cristiana.
“Ustedes son libres”, le dijo el Obispo a los internos al recordarles que la misericordia de Jesucristo que se entregó por el perdón de las culpas también ha tocado su vida librándolos del pecado e invitándolos a hacerse fuertes ante la tentación del maligno. El prelado, también, los animó a perseverar en la conversión.