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CÚCUTA.- Por lo visto en los dos partidos sencillos, Colombia ganaría fácil el tercer punto del Grupo 1 de la Zona Americana de la Copa Davis y accedería a la siguiente ronda. Pero no fue así. Uruguay, en dobles, se hizo fuerte y batalló hasta el último set para no irse del torneo en dos días.
Los colombianos Juan Sebastián Cabal y Robert Farah tenían, el sábado, el difícil encargo de ganar el tercer punto para asegurar el viaje a otra instancia. En esa tónica plantearon el partido con el capitán Mauricio hadad y salieron a terminar pronto el compromiso.
En la cancha tropezaron con Ariel Behar y Marcel Felder, quienes el viernes sucumbieron ante Alejandro Falla y Santiago Giraldo. El cansancio por el esfuerzo del día anterior, el calor del medio día cucuteño, el respaldo de los aficionados y la mayor experiencia hacían ver que los charrúas no aguantarían tanto tiempo en la cancha principal del complejo tenístico Fabiola Zuluaga.
El comienzo del encuentro marcó el derrotero de lo que se jugaría durante 200 minutos. Las emociones se vivieron desde el principio por las jugadas, los enfrentamientos, los reflejos, las devoluciones, las clavadas, las salvadas y bajadas a la malla.
El duelo estaba planteado. El primer set terminó a favor de Colombia 6-4. Una ventaja que permitía comenzar a consolidar el sueño de buscar rival para la ronda que viene. Uruguay sería cuestión del pasado.
Behar y Felder despertaron. Impusieron un juego basado en saques seguros y respuestas efectivas para empatar el marcador. El segundo set lo ganaron los charrúas 3-6.
El empate en el marcador puso a los aficionados a alentar a los nacionales. Los gritos desesperaron a los visitantes, incluso tuvieron gestos groseros, producto de la impotencia deportiva y la soledad en la cancha. El capitán Enrique Pérez Cassarino se vio descompuesto, tiró con rabia una botella de gaseosa al cesto de la basura, luego arrojó la toalla a la silla en señal de furia. No controló las emociones fuertes.
En el campo, Behar y Felder alegaron, protestaron, patearon el piso y madrearon en silencio. Ese tercer set favoreció a Cabal y Farah 6-3. Quedaba por ganar el cuarto y ‘adiós al amigo’. En el ambiente se vivía y se sentía el aroma a triunfo.
El viento sopla fuerte en ese sector de Cúcuta. El sol quema. Uruguayos y colombianos continuaron la lucha por la victoria. Los australes por alargar el encuentro y los locales por acabarlo de una vez. El triunfo correspondió a la visita 7-5.
Y llegó el set definitivo. Habría ganador sí o sí, sin vuelta de hoja. Cabal sintió el peso del esfuerzo. Los calambres pusieron en riesgo el triunfo del tricolor. Farah se echó la responsabilidad al hombro. Al otro lado de la malla las intenciones eran similares. El cuatro a cuatro es diciente del ardor del juego.
Las tribunas entraron en juego. Las voces de aliento y los gritos de apoyo sirvieron para que Robert y Juan Sebastián sacaran ventaja en los siguientes servicios y ganara 6-4 ese quinto set.
“Partido emocionante”, atinaron a decir los aficionados. “Partido complicado”, dijo Farah. “Sabíamos que teníamos que dejarlo todo en la cancha”, afirmó Cabal. “La meta se cumplió”, resumió Mauricio Hadad, el capitán.
El 10 de abril se conocerá el nuevo rival de Colombia. “Que sea el que Dios quiera”, dijo Farah. “Los equipos son fuertes, quisiera ser local”, replicó Hadad.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: JOHN MANUEL REINOSO
