¿La magia es engañosa?
- Hay muchos tipos de engaños en la magia. El engaño en la magia es la fase número uno. Muchos la usan para el mal y otros para el bien.
La situación económica y social que afronta Venezuela ha soplado fuerte hacia la frontera y ha traído a hombres y mujeres que buscan el sustento en las calles de Cúcuta. La moneda ha dado la vuelta y ahora son los venezolanos los que encuentran en el rebusque los pesos que al convertirlos en bolívares son suficientes para vivir.
Ender Gutiérrez, llegó hace un mes a Cúcuta. Es hijo de colombianos y nacido en Venezuela. Estudió comunicación social, es representante de la movida regué, productor y mago. Estudió tres años magia, luego pasó a la música, en especial la guitarra, y continuó el aprendizaje en el arte. Ahora, se encuentra en esta ciudad donde aprovecha cualquier esquina para mostrar las habilidades con las manos para descrestar parroquianos.
Al verlo caminar sin el atuendo de artista se confunde con un cucuteño más. Es falco, alto, lleva ropa que da la impresión de haberla usado tres días seguidos y cubre la cabeza con un sombrero negro, pequeño. No se ha rasurado en una semana. El bolso terciado le sirve para guardar los implementos que utiliza para hacer magia. Dos botellas, una con agua y otra con gaseosa, vaso plástico y barajas. Al hablar deja al descubierto el tono que lo delata como venezolano.
Desde los 10 años actúa como mago. A esa edad dejó a Cúcuta para internarse en la Caracas de la época. Ciudad que lo tenía todo para mostrarse como gran capital en el ámbito sudamericano. Había poder petrolero, los alimentos sobraban y los bolívares tenían peso. En esos años la política se repartía entre adecos y copeyanos. La vida era holgada, sin angustias, en los supermercados se compraban productos importados.
El país cambió de régimen y hace tiempo que los buenos momentos escaparon de la cotidianidad venezolana. Hombres y mujeres, de cualquier edad, deben luchar a codazo limpio para obtener alimentos, medicinas y elementos para el aseo personal o del hogar. El desespero los ha llevado a buscar refugio en Colombia y a procurar un empleo para ganarse los pesos que les permitan subsistir.
¿Cuál es el secreto de la magia?
- El secreto es ver, pero no ver de cerca, sino desde lejos. Es ver desde el fondo del corazón y ahí se podrán interpretar los números de magia.
Ahora, Ender volvió a la capital de Norte de Santander para mostrar lo aprendido en la universidad, en la calle, en los buses. El mejor truco que tiene y por el que los animados espectadores ambulantes pagan es el de levitación. En una botella tiene el agua y despacio, con cautela para no derramarla, la deposita en el vaso plástico que se suspende en el aire, libre, sin ataduras. Eso es magia. El próximo número, que prepara con dedicación en los ratos que le deja la calle, lo presentará en el parque Santander.
Se elevará a unos centímetros del piso y quedará suspendido en el aire. Para esto requiere estar con la mente despejada, porque la fuerza para levantar su cuerpo estará en la cabeza, no será física. Cuando esto ocurra, seguro, los espectadores le darán más monedas que las que gana por los números simples y podrá regresar feliz al barrio Carora, donde vive con la esposa y la hija. Ahí tienen arrendada una habitación para pasar la amargura de estar lejos de la patria.
La magia, esos trucos que despiertan admiración, respeto y duda, lleva a Ender Gutiérrez, a trasportarse en la investigación y a llegar a muchos lugares insospechados, a los sentimientos de los espectadores y al corazón de los admiradores. Con tan solo sacar un pañuelito de la nada, en un pase mágico, aflora la sonrisa y se olvidan las penas.
¿Dónde está el peligro de la magia?
- He conocido casos en los que la usan para quitarles las pertenencias a los espectadores. Eso sucedió en Brasil. Hacen ver algo que no es real, sino que es otro objeto.
Para aprender lo que sabe ha tenido grandes maestros, David Cooperfiel, es uno, y solo representa el largo listado de nombres que lo han enseñado a ser mago. A los escasos años de vida le suma la experiencia ganada como artista, como esposo, como padre, como comunicador social y cómo músico.
Además de la magia, este hombre lleno de ilusiones y de esperanzas por una mejor vida en la capital de Norte de Santander, quiere trabajar como comunicador social. Para refrendar sus palabras en la búsqueda de trabajo, saca del bolso negro una carpeta en la que guarda varias copias de la hoja de vida. La primaria la cursó en Yaracuy, el bachillerato en Caracas y la preparación profesional en la Universidad Santa Rosa de Lima, en la capital venezolana.
En la experiencia resaltan los trabajos como técnico de audio, operador de consolas, productor musical, editor de audio y operador remoto. Esta lista la recita sin equivocaciones. Ender Gutiérrez, después de tenerlo todo en su Venezuela boyante, próspera, con suficiente oro negro como para regalarlo a países vecinos y lejanos, deambula por las calles de Cúcuta, como cientos de sus paisanos, en procura de esa moneda que les aliviará el hambre por un momento.
Pero en el futuro ¿quién será Ender Gutiérrez?
- Comunicador y músico. La magia la había dejado hace un tiempo y la retomé en Colombia ante la situación que vive mi país.
De repente se lleva la mano derecha a la boca y por entre los dientes aparece un pedacito de trapo rojo. Es su aliado para llamar la atención. Luego desaparece y lo saca de la pretina. Así juega con las manos, con la visión de los espectadores y con la inocencia de quien no sabe de este arte. A paso ligero se pierde por entre busetas, taxis y automóviles que circulan frente al parque Mercedes Ábrego. Va en busca de otra esquina para hacer magia.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: www.contraluzcucuta.co