CÚCUTA.- El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) cuenta, al año, con un presupuesto de $3,0 billones. De esa cifra destina $645.000 millones, cada cinco años, para la producción 45.000 toneladas de bienestarina, cada año, en las plantas de Cartago y Sabana Grande, para alimentar diariamente a 190.000 usuarios en el país.
Niños mayores de seis meses, adultos mayores, desplazados, hogares comunitarios, hogares Fami, madres lactantes y madres gestantes se benefician con el alimento. En Norte de Santander se destinan $2.600 millones para alimentar a 264.000 bocas, de los 9,2 millones que atiende el instituto.
La bienestarina es un alimento completo. Contiene 9 de los 10 aminoácidos que requiere el organismo para vivir, fósforo, hierro, calcio y zinc. Se estudia la posibilidad de incluirle de nuevo harina de arroz.
“La premisa del instituto es la oportuna entrega y el consumo de la bienestarina. Si se entrega a tiempo y no se consume, perdemos tiempo y trabajo, o viceversa, estaríamos rompiendo la buena nutrición de los consumidores, dijo Javier Cárdenas en la 26 mesa de socialización que se reunió en la sede de Cúcuta.
Bienestar Familiar cuenta con 226 puntos de entrega, 261,153 cupos asignados y 77.313 beneficiarios. Norte de Santander consume 3 por ciento del consumo nacional, y Cúcuta, el 15 por ciento de la demanda del departamento.
También, se entrega en presentación líquida con sabor a vainilla y a frutos verdes. “A pesar de no ser perecedera, ahora se entrega con fecha de consumo hasta de 6 meses, con la intención de no almacenarla. Antes, dejábamos perder toneladas. Almacenar binestarina es perder dinero”, dijo Cárdenas.
Las pérdidas en el 2011, están suprimidas, las existencias se consumen a tiempo. Las devoluciones son por daños externos, bolsas rotas y por vencimiento. El ICBF estudia la posibilidad de entregar nuevos productos a partir de la bienestarina.
En el departamento tres veedores recorren los municipios para avalar la buena utilización del producto y para ser el canal con los directivos nacionales para solucionar cualquier otro tipo de problemas.
Las sanciones, el control y la vigilancia son fuertes, porque el instituto busca una nueva certificación a pesar de contar con ISO 900 e Icontec. Los controles se aplican desde los procesos, pasan por los proveedores y llegan a los puntos de entrega.
El veedor Alexander Vega afirmó que en Cúcuta se presenta el mayor número de problemas con la bienestarina. Indicó que corresponden a casos aislados.
“La bienestarina se daña solo cuando existe cambio de restaurante, y en los municipios hay problemas solo por la las vías de acceso, casos puntuales los de Tibú y La Gabarra. Nunca por mal manejo del producto, o por acaparamiento”, manifestó.
Norte de Santander, frente a otros departamentos, está en buen volumen de consumo. Se gasta el ciento por ciento de las existencias. Y cuando se tiene más, se destina a otro punto donde haga falta.
En el 2011, en Norte de Santander se han efectuado 2.272 visitas
MARIO CAICEDO