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CÚCUTA.- La décima fecha del torneo de fútbol profesional colombiano les permitió a los aficionados cucuteños esbozar una leve sonrisa. De la mueca de las jornadas anteriores pasaron a la tranquilidad que da un empate y más en condición de visitante.
Este 14 de abril, fecha escogida por los medellinenses para poner a andar un proyecto futbolístico hace un siglo, tendrá ingratos recuerdos en la capital paisa por el punto que les arrebató el cuadro motilón y en plena fiesta.
El Atanasio Girardot se mostró impecable con el cumpleañero. Una centuria es motivo más que suficiente para armar el bullicio y procurar intimidar al colado al festejo. Cúcuta Deportivo no estaba invitado, llegó por obligación y aguó la celebración.
Los pocos motilones que asistieron al festejo sintieron que de la piñata no agarrarían ningún recuerdo, porque el local marcó primero y el estadio estalló en júbilo. La tristeza se combinó con los recuerdos de las derrotas pasadas para dar como resultado la resignación.
El DIM, con el resultado, se mantiene en la zona de promoción de la tabla del descenso y se aleja de la clasificación al octogonal. El once rojinegro salió del selecto grupo de los ocho mejores. Exhibe el mismo puntaje del Nacional, octavo.
Germán Ezequiel Cano al minuto 6 sacó partido del descuido del árbitro que no pitó el fuera de lugar y puso a ganar al poderoso de la montaña. Stiven Mendoza volvió a la racha goleadora y aprovechó la oportunidad que la suerte le regaló en el minuto 67. Empató para alegría de los escasos motilones en el Atanasio.
El toledano Leandro Castellanos se convirtió en la cuña que apretó los zapatos de los rojinegros y se llevó los aplausos al final del partido. Salvó al Medellín de varias opciones de gol y apagó el grito de júbilo en la frontera colombo-venezolana.
Foto: YASSER CAMILO PABÓN
