CÚCUTA.- Edwin Gómez, víctima del conflicto armado, hace un mes cambió el modo de vida al conseguir empleo en la ciudad. Ahora, gana el salario mínimo como obrero de construcción, tiene estabilidad económica, vive en una casa adaptada para los migrantes y se preparó en el Sena para conseguir trabajo.
Este hombre es ejemplo de la labor que cumple la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz de Cúcuta para ayudar a hombres y mujeres que afrontan las consecuencias del conflicto armado colombiano. Hoy, agradece porque le permitieron “empezar a defenderme por mis medios”.
El testimonio lo ofreció en desarrollo de la Semana por la Paz. La programación permitió adelantar el primer seminario ‘Empresarios Unidos por la Paz’, escenario en el que se expusieron los beneficios tributarios que ofrece el Decreto 2733 del 2012, para quienes vinculan a víctimas del conflicto armado.
En la actividad se habló de:
1.- Programas de generación de ingresos. Comité Internacional de la Cruz Roja
2.- Modelo de inclusión laboral. Servicio Público de Empleo
3.- Responsabilidad Social Empresarial frente a la contratación de víctimas del conflicto armado con creación de oportunidades y producción de bienestar.
En Cúcuta hay 130.130 víctimas del conflicto, a corte de julio. “Estas estadística reflejan la situación por la que pasan, desigualdad social, desempleo, pobreza y no tienen acceso a salud”, dijo Omaira González, secretaria de Posconflicto.
Víctimas y empresarios tuvieron la oportunidad de contar su caso de vida y experiencia al emplear, con trabajo digno, a quienes la violencia les arrebató los derechos.
Juan Carlos Pérez, director de proyectos de la Secretaría, dijo que “este debe ser un trabajo articulado del sector primario, secundario y de la comercialización, pero también actores públicos, privados, academia e instituciones de cooperación. Todo esto, porque los esfuerzos no pueden ser individuales”.
“Ese grupo de personas me dio apoyo sicológico y estabilidad”, reconoció Edwin Gómez.