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CÚCUTA.- Víctor Fidel Suárez tiene bien ganada la fama en el Concejo de Cúcuta. En los periodos que ha ocupado la curul los compañeros de corporación le han guardado respeto por el conocimiento de la gestión pública. Esas actuaciones sobresalientes le valieron repetir credencial para los siguientes cuatro años y como recompensa mayor recibió la presidencia.
Quizás al ver a otros concejales dirigir el cuerpo colegiado no pensó en lo difícil que es ser cabeza principal. Desde el primer momento de la posesión, el 2 de enero, heredó problemas que califica como ‘chicharrones’ y que a paso lento cree que solucionará.
El primer inconveniente lo encontró en la elección de Contralor y Personero. Los antecesores en la mesa directiva dejaron cuadrado el coroto y Suárez no se tragó el cuento. Hay investigaciones en la Procuraduría y la Fiscalía contra los directivos salientes y demandas en favor y en contra de los concursantes.
Mientras, el tiempo corre para revisar los marcos constitucional y legal. “La mesa directiva recopiló 1063 folios en el caso de la Personería, y más de 460 para la Contraloría”, recordó el presidente.
A parte de esos alegatos, Víctor Suárez encontró la sede de la corporación en un estado “deplorable, desorganizado y deteriorado”, a pesar de haberse firmado un contrato de alta cuantía, que no especificó, para las reparaciones locativas. “Dejo en mano de la Contraloría la investigación de este contrato y el de suministros que desarrolló el presidente” Eduardo Gerardino Mandón.
A la entrada, en el segundo piso sonde funcionan las oficinas de los concejales, hay escombros, techos que se caen, archivos y escritorios en los pasillos, no hay cartelera y las publicaciones se hacen en el vidrio de la recepción. “Esa no es una corporación que se gane el respeto de la ciudad”, dijo con sentimiento de vergüenza.
El Concejo de los cuatro años anteriores tuvo como propósito dejar huella entre los cucuteños. Doce de los miembros de esa corporación no repitieron butaca para este periodo, por diversos motivos. “El Concejo da pena en la parte administrativa con la ciudad”. Suárez, en varias actas de la corporación, dejó la constancia sobre las quejas planteadas por el desorden.
El compromiso asumido, más que pintar y adecuar las instalaciones, es poner orden. “Aspiro a que la remodelación cueste poco. Tenemos un presupuesto pequeño”. El trabajo de organización de archivos podría encomendarse a la biblioteca pública o a una firma que desarrolle la ley correspondiente, para tener el sitio limpio y permitir que los empleados tengan comodidad para trabajar.
“Me comprometí con mis compañeros a recuperar el respeto con acciones y con hechos. Vamos a tener un concejo digno y todas las actuaciones serán de cara a la ciudad”, sentenció Víctor Suárez al tiempo que anunció algunas de las determinaciones tomadas para que la credibilidad regrese a la corporación.
En sesiones pasadas era común observar a los concejales en tertulias apartadas de los debates, con los teléfonos celulares pegados a la oreja, los computadores abiertos en páginas que no tenían relación con la tarea desempeñada, con visita de particulares para tratar asuntos ajenos al trabajo del día. Esas actuaciones, en palabras del presidente Suárez, se terminaron. Además, habrá puntualidad para las reuniones.
El 10 de enero, los concejales escogerán al secretario de la corporación entre los aspirantes José Yesid Montes Rojas y Sandra Patricia Angarita Gómez, únicos que cumplieron con los requisitos exigidos para el cargo. Los otros cinco no pasaron la prueba. Esta no será una dificultad para Víctor Suárez, solo una prueba de fuego para medir fuerzas con sus colegas políticos.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: www.contraluzcucuta.co
