Es 31 de octubre. Son las 4:00 de la tarde. La Avenida 0 es tomada por jóvenes vestidos de blanco que tienen el propósito de celebrar el Día de la Biblia, a cambio del tradicional ‘Halloween’. En el pecho llevan estampado el lema que acompaña la marcha por la paz en Cúcuta, ‘Pacifícate’.
Esta fecha de alegría, disfraces y diversión, ahora no es exclusiva para los niños ni para los adultos que vuelven a la niñez por pocas horas. También se celebra el Día del Meteorólogo, del Agua, de la Discriminación Racial y del Taxista.
“¿Hace cuánto no haces parte de una marcha por la paz en tu ciudad?”, preguntaba la iglesia Centro Cristiano Internacional, organizadora de la jornada. En convenio con la Alcaldía, como complemento se llevó a cabo la primera cadena humana por la paz. Los creyentes se unieron como una familia para orar y pedir por la ciudad.
Hombres y mujeres se concentraron en puntos específicos para iniciar la caminata hacia la Plaza de Banderas. Acompañados con pitos y carteles que llevaban escrito en distintos colores ‘Dios te ama’, los jóvenes usaron narices de payaso y cantaron canciones alusivas a Dios.
El clima estuvo a su favor. No fue un día caluroso. El viento sopló con fuerza y los conductores se detenían en los semáforos para disfrutar con las sonrisas y el entusiasmo de los caminantes.
La iglesia Centro Cristiano Internacional fue fundada por el pastor y misionero José Satirio Dos Santos y su esposa Nair Andrade Dos Santos, el 5 de mayo de 1975, en obediencia a la voz de Dios. Salieron de su país (Brasil) para cumplir la voluntad divina y vencieron múltiples dificultades.
El semáforo cambia a rojo y los clown entran en acción. Actúan, sonríen y con muecas llaman la atención de transeúntes y choferes. Junto a estos personajes algunas muchachas reparten volantes y folletos con mensajes cristianos.
La iniciativa busca que los valores sean renovados y rescatar los principios éticos y morales necesarios para la construcción de la sociedad, y por esto se contempla la biblia como el libro en donde están representadas las iglesias y es tomado como el texto que contiene enseñanzas para la vida.
Son las 5:00 de la tarde. Muchachos y adultos entrelazan los brazos y caminan por el centro de la vía hasta llegar al puente de la Cero. Otro grupo de creyentes forma la cadena desde la Diagonal Santander hasta el antiguo Bosque Popular. El objetivo es formar una equis con el recorrido establecido.
Distintas congregaciones se encontraron en puntos establecidos por el Instituto Bíblico, encabezado por el pastor Ricardo Ruíz. En la Diagonal, frente a la Plaza de Banderas, marcharon los cristianos acompañados por carros con música y por el alcalde Donamaris Ramírez.
El último encuentro fue en la Plaza de Banderas. Allí se reunieron los caminantes para levantar un clamor por la ciudad. Los jóvenes cantaron, danzaron y oraron por la paz.
Abrazados como hermanos oraron en ocho idiomas. La jornada fue trasmitida por internet para que se conociera en distintas partes del mundo. El gobernador Edgar Díaz y funcionarios de la ciudad apoyaron la actividad.
La pólvora estalló a las 7:45 de la noche para anunciar el cierre de la marcha por la paz. Los colores pintaron el cielo. Se respiró una atmósfera de júbilo. Aunque parece extraño, en un día en el que se celebra a los brujos, las sectas satánicas celebran a Belcebú, se levantó una nueva generación de cambio para romper esquemas y traer luz a la ciudad.
Esta es la otra cara de la moneda, en la que una festividad que se ha usado para el mal en muchas ocasiones, también encuentra su contraparte, el bien.
NAHARA ISABEL CASTRO
Estudiante de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Fotos: MARCO SÚA