1.- Pocas veces en la historia regional – y no teniendo en cuenta los sucesos Presidenciales ocurridos desde la irrupción de Francisco de Paula Santander a tan importante cargo – puede contabilizarse que al Ministerio del Interior o de Gobierno llegue alguien de tan alto arraigo cucuteño y nortesantandereano como Juan Fernando Cristo. En orden a esa tan particular circunstancia, que involucra en lo político un enorme compromiso con la región y la frontera, así como una gran expectativa para el entorno que define y determina a esta esquina de la república, vale tener en cuenta los siguientes hechos, como aspectos y temáticas de primer orden, para que en entendimiento de acciones progresistas y en una gestión que motive y encauce empeños proyectados hacia el futuro y hacia la necesaria trasformación que está en mora de cumplirse sobre esta faja territorial, hoy aislada, marginal y en proceso de gran decaimiento, ante la ausencia de apoyos infraestructurales básicos y de incentivos, estímulos y mecanismos que dinamicen y abran las compuertas del desarrollo.
Si por el decaimiento y la ausencia de una dinámica directiva que unifique y comprometa más a lo público con lo privado y por unas pugnas partidaristas, junto a unos afanes de grupo y de roscas, Cúcuta y Norte de Santander –así no nos guste – se está quedando sin contactos por los cuatro puntos cardinales, mientras Venezuela asume unas posturas sin pensar, ni valorar en la historia y las perspectivas con nosotros. La Costa Atlántica se aglutina y empieza a entender lo que significa esta zona. Bucaramanga y Santander crecen, pero necesitan complementaciones con sus hermanas Cúcuta, Ocaña y Pamplona. Arauca, Casanare y los Llanos Orientales, que están en un despegue impresionante, esperan una unión por Ferrocarril que si la región y la frontera no se animan y mejoran todo lo vial, aéreo y de servicios puede ser un duro golpe, como lo será el Túnel de la Línea, que se presentó como proyecto fronterizo, pero cuya mayor utilidad será para el centro nacional y las salidas al Pacifico.
2.- Y si la región y la frontera no hacen un alto y examinan con detalle y adoptan los criterios más acordes con las necesidades de proyección e impulso los vacíos de locales que registrarán muchas actividades impedirán la formación de ese gran porvenir, que puede estructurarse, si se opera el cambio de la pasividad por el entusiasmo y el de la insularidad por la labor en equipo, con otras áreas y regiones, como podrían ser la creación de parques industriales y tecnológicos y de Zonas Francas Especializadas con Venezuela, tal como lo propuso el libertador Simón Bolívar cuando insinuó la conveniencia de establecer una faja territorial que manejarán los dos países y con el Bloque de la Costa y la constitución de la región NorOriental de Colombia empataríamos labores con Santander, Arauca, Casanare, Boyacá y parte del Cesar, amarrando opciones y transformándonos en un ejemplarizante núcleo de perspectivas. Además, porque podríamos constituir un bloque integracionista excepcional.
3.- Pero para esto hay que modificar conductas, conjugar empeños y programas con el Gobierno y con Venezuela, constituir centros de valoración, dar apoyo y pleno respaldo a quienes con visión y conjugación de posibilidades empiezan a mirar más allá de la lista de aspirantes a la Gobernación y a las alcaldías, dando importancia a promover a los mejores y a trabajar con visión de perspectivas, sobre todo lo atinente al agua, a la energía, a los caminos y a la investigación y la innovación. Y, naturalmente, al desarrollo compartido.
Obviamente, con el respaldo de Cristo, que no dudamos quiere lo mejor para su tierra y unas relaciones más auténticas y valederas con el resto de Colombia y Venezuela, que por siempre estará a nuestro lado y por ello, debemos mantener con ella y su gentes buenas, fraternales y progresistas relaciones.
JOSÉ NEIRA REY