1.- Próximo el cumplimiento del primer mes del año, y como si fuera mejor seguir esperando y no hacer lo que es urgente armar y estructurar, observamos que se sigue divagando y no dándole tiempo y paso a la conformación de una verdadera y autentica acción integradora y sustentada en un nuevo pensamiento y un agitar de masas que permita al conjunto captar la urgencia y la necesidad de adoptar y asumir nuevas conductas y parámetros, en procura de una orientación hacia el futuro, que esté cimentada y apoyada por obvios enfoques y análisis por parte de quienes sustenten una visión de realidades y una conducta colectiva, más acorde con las opciones que se han venido estudiando y surgiendo ante el irrumpir de hechos y situaciones con grandes implicaciones.
Los increíbles cambios suscitados en Venezuela, los manejos y las peripecias en el desenvolvimiento económico, con sus implicaciones en lo social y político, más la actitud de no otorgar manifiesta importancia y atención a todo lo que significa la integración y, especialmente, con su vecino, hermano y socio de más de un centenar de años, está creando paradigmas y situaciones que ubican a la patria de Bolívar, con mayor preocupación e interés con la China, Rusia, Cuba y otros países, olvidando y distrayendo opciones que si se ponen en marcha, no solo constituirán paradigmas integracionistas, con resultados positivos, sino un enmarcamiento de prerrogativas de primer orden, para los que se unan e integren a ese propósito que espera y necesita todo el contexto de América.
2.- Es necesario destacar lo anterior, porque no se podrá continuar esperando a que cambien las actitudes, gestos y posturas cuando los actos y políticas centrales de los gobiernos, cuando se refieren a lo más nuestro de la integración y de la confraternidad, actuando precipitada y escandalosamente con expresiones sin consonancia y realismo, al ordenar el cierre de fronteras y pasan años, meses, semanas y días sin que se evalúe, valore y proyecte lo que significa y representa semejante atentado a la unión, al progreso compartido y el obrar con visión internacional. Cuando en lo bilateral hay múltiples tareas por cumplir. ¿Hay acaso – en los últimos años – más carreteras que nos unan y enlacen? ¿Hay interés en volver al ferrocarril y buscar nuevos empalmes y conexiones? ¿Cuántos son los contactos aéreos?
Hay tal indiferencia sobre las fronteras, que la terminación de las obras y proyecciones del Puente de Tienditas parecieran no registrar apoyos, ni respaldos, porque sigue sin uso ni proyección.
3.- Callarnos, cuando captamos y observamos vacíos y errores no solo mayúsculos, sino inoperantes actitudes y medidas, porque lo que hay solo traduce y representa que hay errores u olvidos de talla mayor y hasta ahora no resueltos – por la cúpula que determina y gobierna los desenvolvimientos nacionales. Sería tanto como apreciar y no decir nada, ni proceder a una reacción que permita constatar que hay desajustes y hechos que obligan a no desestimar la unión de opciones evolutivas y transformantes, con quienes han sido hermanos, pero no captados, ni entendidos como tales, porque a la colombovenezolaneidad no se le ha dado la importancia y trascendencia, que exige y necesita esta mancomunidad de hechos y presencias, que nos permitió la libertad y el irrumpir ante el concierto mundial. Por eso ¿No es acaso indispensable y urgente, el propiciar un cambio y retornar a la misión que nos fue asignada desde el comienzo de la historia, pero con sinceridad, entusiasmo y sin olvidar el cúmulo de realidades que debemos encausar y proyectar? ¿Por qué no insistir en la unión y la labor compartida? ¿Por qué no amarrar esa unión, con la consolidación y proyección de las fronteras?
JOSÉ NEIRA REY