En Cúcuta hay riqueza histórica, representada en monumentos de personajes para guardar la memoria de su vida. El aporte para la sociedad tiene valor auténtico y, en algunos, artístico. Ocupan lugares especiales para que la gente recuerde quiénes fueron. Unos, quedaron en el olvido, y otros, como adorno en parques de los barrios cucuteños. Los encargados de cuidarlos son las juntas comunales, secretarías de Cultura del departamento y del municipio, Academia de Historia y Sociedad de Mejoras Públicas.
Hay estatuas en zonas sin acceso para estacionar los vehículos y disfrutar del ambiente que los rodea. Otros, en los alrededores tienen como vecinos a bares, almacenes de ropa, invasiones de mercaderes, indigentes, comerciantes ambulantes, trasportadores públicos y particulares ilegales.
La Sociedad de Mejoras Públicas de Cúcuta, hasta 1991, se encargó de la construcción de parques y monumentos de la ciudad, después de que la nueva Constitución renovara los auxilios, no le permitió recibir más regalías para el sostenimiento. Entregó el cuidado al municipio.
La fuente de financiación de la SMP surge de contratos y convenios que hace con empresas, y contribuye al mejoramiento ambiental de la ciudad. Además, vigila los monumentos Virgilio Barco Vargas (glorieta vía a Los Patios), Presbítero Eduardo Trujillo Gutiérrez (glorieta San Rafael), Aziz Elcure Abrajim (barrio Los Pinos) y Víctor M. Guerrero (barrio Cundinamarca).
Los monumentos que están dentro de instituciones públicas gozan de mayor supervisión y cuidado que los expuestos en glorietas y plazoletas. Como en el diario La Opinión con el busto de Eustorgio Colmenares Baptista, que está rodeado de un jardín limpio, armónico y vigilado. En el aeropuerto Camilo Daza descansa la memoria del Brigadier General Camilo Daza Álvarez, que cuenta con el diario aseo y mantenimiento. En el hospital de Cúcuta está el homenaje al médico y benefactor Erasmo Meoz.
La Gobernación de Norte de Santander cuida de dos personajes, Laureano Gómez, estatua rescatada de entre las ruinas de gramalote, y el presidente Ramón González Valencia (1910). En el colegio Sagrado Corazón de Jesús los estudiantes nortesantandereanos y la Federación Deportiva recuerdan al libertador Simón Bolívar, en el primer centenario de la muerte (17 de diciembre de 1930).
Los demás, están a la deriva y cualquier ciudadano con poca cultura irrespeta el valor histórico, arroja basura, pinta grafitis y hasta los tiene como orinales.
La Academia de Historia juega papel importante en la existencia de los monumentos. Propone y sugiere al municipio dónde ponerlos y qué personajes resaltar, porque han dejado huella en la vida de Cúcuta.
Mediante convenios con la Alcaldía y la Gobernación recuerda y celebra fechas patrias, como el 28 de febrero y la Batalla de Cúcuta; el 18 de mayo y el Terremoto de Cúcuta, y en abril, el nacimiento de Francisco de Paula Santander.
A la Academia de Historia, la Sociedad de Mejoras Públicas le donó el busto del médico y concejal Augusto Martínez, en la avenida Los Libertadores. Este monumento ha sido objeto de tres restauraciones, una por daño público, otra por caída de un árbol y la tercera por mejoramiento de la imagen.
Blanca Gómez, vendedora ambulante, afirmó que es importante tener a estos personajes en la ciudad, porque fueron representativos y apoyaron a Cúcuta para hacerla una de las ciudades importantes de Colombia. La entristece ver cómo a muchos cucuteños no les importa saber nada de este asunto. La cultura no hace parte de su cotidianidad y aunque pasen a diario frente a las figuras les da igual. Otros, ni los conocen.
La presidenta de la junta de acción comunal del barrio La Libertad, Tilcia Delia Flórez de Tarazona, dijo que los recursos para la restauración del monumento de monseñor Luis Pérez Hernández, primer Obispo de la Diócesis de Cúcuta, situado afuera de la iglesia Sagrada Familia, son nulos, y no lo han tenido en cuenta en los despachos oficiales. La lluvia y el sol han escarapelado la pintura. No se tiene un plan de control para mantenerlo, pues la comunidad tiene otras necesidades para solucionar.
Los monumentos son el homenaje a personajes representativos y relevantes en la historia de Cúcuta. Pocos ciudadanos le dan la importancia y el valor adecuados. Esas estatuas siempre estarán allí, pero son opacados por los monumentos tradicionales: el ferrocarril, el indio motilón y Cristo Rey, entre otros. No se conoce un plan por parte de las secretarías de Cultura del departamento y del municipio para integrar al ciudadano y resaltar la memoria de los protagonistas de la historia. Ni un proyecto turístico que incluya el recorrido y la visita.
ERIKA VERA Y MARÍA JAIMES
Estudiantes de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Contraluz.CO Sólo Periodismo