CÚCUTA.- El destino da unos giros que a veces es difícil entenderlos. Creemos tener un proyecto de vida pactado, pero no es el camino a la felicidad. El deporte tiene una pasión desenfrenada, no importa la disciplina que se practique o se siga con fanatismo, los sentimientos son puros y lindos de describir.
¿Orgulloso de ser cucuteño?
- Sí. Me siento orgulloso de haber nacido en esta tierra tan hermosa, Norte de Santander, en especial su capital Cúcuta.
¿Qué recuerda de su infancia?
- Mi barrio, el colegio, mis amigos, el momento en el que empezamos a salir de esa etapa como niño de casa a las primeras rumbas en discotecas, las fiestas de diciembre. La infancia es el primer paso para luego estar en la adolescencia y adultez. Fue una época muy linda. No había drogas, ni tampoco esas situaciones que cambiaron el concepto de infancia en la actualidad.
¿Existe una cercanía especial entre usted y el Cúcuta Deportivo?
- Así es. Mi abuelo paterno fue uno de los impulsadores del nacimiento de lo que hoy conocemos como Cúcuta Deportivo, ocurrió en los años 50. Mi padre fue fundamental en ese proceso y por el lado de una hermana de mi mamá tenemos a uno de los mejores extranjeros que ha tenido el club. En su momento fue goleador del fútbol colombiano, Hugo Lóndero. Por eso tengo mucha afinidad con la pelota y, sin ser mi deporte preferido, quiero mucho al club.
Salía con el equipo y tiene fotos, ¿se siente un hincha especial por esos momentos que muchos anhelan?
- En su momento fue un orgullo salir con el equipo al campo antes de cada partido. Fue parte de esa época de niño. Hicimos parte de la barra ‘Los Toches’; después, conformamos la Itrape. De tal manera que se siente orgulloso de haber salido con el equipo y siento un orgullo decir que soy hincha del Cúcuta Deportivo.
¿Cuáles fueron los jugadores favoritos en esa época?
- Hubo muchos. Tuve la fortuna de ver el equipo de Arnoldo Iguarán y la ‘Bruja’ Verón; el de Ricardo ‘Tito’ Viera, Puppo, Juan Carlos ‘El Nene’ Díaz, Hugo Horacio Lóndero, Retat, ‘Tomate’ Gómez, ‘Palomo Uzurriaga, Faustino Asprilla, entre otros´. Uno favorito no tengo, por eso dije estos nombres, porque son todos importantes y tuve la oportunidad de verlos jugar.
¿El gusto por el ciclismo hace parte de su vida?
- El ciclismo es uno de los deportes más hermoso que tiene la vida, sin desmeritar a las demás disciplinas. Es sinónimo de valentía, sufrimiento, verraquera. Estar en una bicicleta cuatro o cinco horas con ganas de subir o bajar una montaña eso no es para cualquiera. Para ser ciclista hay que nacer siendo ciclista. Ese deporte fue fundamental en mi vida y, sobre todo, era ese comienzo a la proyección deportiva que en ese momento no tenía. Fue el primer deporte que practiqué, lo conocí y me hizo debutar como dirigente deportivo.
¿Hugo Lóndero es el tío que le regalo el fútbol?
- Hugo es casado con una hermana de mi madre, María Cristina Delgado. Llegó al América, no tuvo fortuna con el rojo; luego, fue fichado por el Cúcuta, ahí la rompió, jugó para Medellín, Nacional y Pereira. De tal manera que el fútbol me regaló un jugador que vi y un tío directivo.
Cuenta con la fortuna de tener una foto con James Rodríguez…
- Tengo muchas fotos. Fue muy difícil podérmelas tomar con James, Falcao, Mario Yepes. El ejercicio en mi trabajo no me lo permitía, era una norma que no se podía infringir, porque estaba en los códigos de conducta de quienes estamos cercanos a ellos. Había una prohibición, pero al estar tan cercanos se escapa uno por ahí.
¿Qué le dejó su aprendizaje como laboratorista dental y la odontología en su vida?
- Fue la primera intención de ser alguien en la vida. Digo que en su momento me faltó orientación en el colegio para saber lo que quería ser en mi vida. Me incliné por la odontología y terminé con el deporte. Fue una etapa con mucho aprendizaje, era la época de universidad, tenía su encanto, sus anécdotas y era la segunda etapa para afrontar lo que quería ser como profesional.
También estudió administración deportiva, ¿le gustó la carrera?
- Sí. Al ver que mi realidad era el deporte, la dirigencia deportiva, estudié administración de empresas deportivas, en la universidad Francisco José de Caldas. Me pareció prudente, terminé, hice algunos diplomados, cursos virtuales y luego me dediqué a la seguridad. Me desvié un poco más allá que había hecho un diplomado con Fifa.
¿Tiene experiencia como coordinador de dopaje?
- Gracias al ciclismo conocí el control al dopaje. Ese deporte estaba en auge, teníamos clásicas y competencias por departamentos, las vueltas a Colombia y al Táchira. Ahí conocí el control al dopaje y me abrió las puertas en el fútbol. Mi primera labor con Dimayor fue ser comisario deportivo en Cúcuta; luego, pasaron cosas en mi vida que me dieron el paso para estar radicado en Bogotá y en una reunión con dirigentes de Dimayor me ofrecieron el cargo de coordinador de control al dopaje y acepté.
¿Qué otros cargos le han dejado enseñanzas y experiencias?
- En el futbol, todos. Empecé como coordinador del control al dopaje; luego, coordinador del torneo de ascenso, coordinador de transporte en Primera y Segunda División, secretario de presidencia en la Dimayor, por año y medio, gerente deportivo de Dimayor. Todos me dejaron enseñanzas y experiencias, porque me dieron a conocer el fútbol en otros ámbitos fuera de la pelota.
¿Cómo llegó a la seguridad en el fútbol?
- En 1996, hice parte de la Dimayor. Entre 1997 y 1998, tuve la oportunidad de enfocarme en la seguridad. El presidente me dijo que lo ayudara y empezamos a investigar, leer, incursionamos como que no quiere la cosa. Era más por cumplir el deber y después eso nos llevó al Mundial sub 20 en el país.
¿Disfruto el Mundial Sub en Colombia?
- Sí. A pesar de no ser un cargo oficial en el fútbol, estaba metido con la seguridad y eso me ayudó a estar dentro del mundial. Hice cursos con Fifa y diseñamos el esquema en la competición. Ese Mundial me dio el trabajo de oficial de seguridad Fifa. Lo disfruté, porque ha sido el mejor organizado en la categoría sub 20 y el de mayor cantidad de boletas vendidas.
¿En el 2009, llegó a la selección, que tal la experiencia?
- Fue una situación importante en mi vida. Estar cerquita a los que en un momento uno como hincha los veía como ídolos, tenerlos al lado, trabajar con ellos, ayudarles, compartir, fue una experiencia bacana. Fueron jugadores que sin importar lo que ganan o la superestrella que son, se comportaron a la altura, humildes, sencillos, atentos y eso me dejó feliz. Puedo decir que estuve con la mejor selección Colombia de toda la historia.
¿Fue difícil manejar a la hinchada colombiana en cada país donde llegaba la selección?
- No lo llamaría difícil, es algo normal. El sentimiento lógico del hincha por los ídolos, por obtener una foto, se desborda y la pasión lo invade por un autógrafo. La ventaja que tenía era que sabía cómo manejar la situación, porque era como ellos, fui hincha del Cúcuta. Esa ventaja, más el conocimiento que tenía sobre ese tipo de momentos, me ayudó a manejar la situación, había que ser duro cuando lo ameritaba, pero con respeto, haciéndoles entender que hay reglas para acatar.
¿Vivió los mundiales del 2014 y 2018, cómo los disfrutó?
- El del 2014 lo viví con la selección Colombia. Hice parte de esa historia desde adentro. El del 2018, fue como oficial de seguridad de Fifa. Son dos momentos diferentes. El primero, lo disfrutó con esa pasión que genera el hincha y el ser colombiano. El segundo, lo trabajé con la pasión que significa el fútbol desde la seguridad y ayudo a disfrutarlo que el concepto sobre Rusia era errado, me imaginaba algo rígido y fue lo contrario.
¿Un momento feliz y uno de lágrimas mientras estuvo en la selección?
- Tuve más momentos felices que lágrimas. Tengo dos especiales que me hicieron llorar. Cuando perdimos con Brasil y en el aeropuerto de Catam cuando despedí al equipo que se iba rumbo a Rusia. Ese suceso pocos lo vieron. Quienes hicieron presencia me vieron triste, porque sabían que no trabajaría en la Federación y llegaría a una nueva experiencia que era Conmebol en Paraguay.
¿Cómo llegó a Conmebol y a la Fifa?
- Fifa llegó a mi vida gracias al buen trabajo en la Copa Mundial sub 20, organizada en nuestro país. En Conmebol nació la posibilidad, en el 2015, luego de un suceso en Bolivia con un hincha fallecido el año anterior. Nos convocaron a reunión con los oficiales de seguridad de las federaciones y ahí empezó ese nexo. En el 2018, hubo una reforma estatutaria en Conmebol y le pidió a Fifa un nombre que tuviera claro el aspecto de seguridad. Gracias a Dios dieron mi nombre y ahí empecé con Conmebol.
¿Qué se siente vestir las tres camisetas más importantes del fútbol (Fifa, Conmebol, FCF)?
- Orgullo, porque hasta el momento que me percaté de esto, fueron metas. Cuando se abrió la puerta en Fifa y Conmebol era entrar y quedarnos, lo logramos y también con la Federación Colombiana de Fútbol. Estoy agradecido y orgulloso de haber portado estas camisetas. Por fortuna conservo dos, Federación y Conmebol.
¿Una parte importante en su vida son los hijos que Dios le mandó en forma de mascotas?
- Mi esposa y yo, por cosas de la vida, no pudimos tener hijos. Perdió dos en estado de gestación, pero llegó Tobías a cambiarnos la vida. Una vez salía de la sede deportiva, donde entrenaba la selección Colombia, y me encontré un perrito moribundo, en mal estado, recién nacido y no fui capaz de dejarlo tirado. Lo recogí, estuvo en cuidado intensivos alrededor de cuatro meses. Me iba para el mundial de Chile sub 17 y le hice una promesa particular: “Que si se salvaba lo adoptaba”. Así llegó Tobías a nuestro hogar. Nuestro segundo integrante, un gato que llegó a casa en Paraguay, le dimos comida y desde ahí se quedó. Son el mejor motivo para vivir.
¿Qué amigos le ha dejado el fútbol?
- Para mi es la mejor herencia que el fútbol te da. Existe la particularidad de dejar conocidos por donde quiera que vayas, tengo el orgullo de decir que tengo amigos en Sudamérica, Honduras, México, España, Rusia, Francia, es decir, el fútbol genera una telaraña social grande. El fútbol me ha dejado dos legados, los amigos y otra la oportunidad de conocer otros países y culturas.
¿Es lindo vivir en Paraguay?
- Sí. La realidad es que estamos contentos de vivir en un país que despunta desde todos los puntos de vista. El coronavirus dejó frenado no solo a Paraguay sino a Sudamérica, pero como dice el colombiano: “es un buen vividero”, tranquilo, buena gastronomía y buena afinidad entre el paraguayo y el colombiano por la época de la guerra triple alianza. El presidente en ese momento decretó que todo paraguayo que llegará a Colombia tendría la nacionalidad y dicho gesto no lo olvidan acá.
¿Si su vida fuera un libro como se llamaría?
- Lo llamaría: La vida es un mundial, porque hay que prepararnos. Todos los días son un partido nuevo que se juega el ser humano. Hay que estar preparados en lo intelectual, emocional, mental, físico. Sobre todo, cuando está en la etapa productiva y profesional, la vida hay que saberla jugar.
¿Cómo podemos describir a Gustavo Morelli?
- Soy sencillo, temperamental en el trabajo, amigable, me gusta ayudar a la gente, soy producto de la educación de mis padres, soy un ser normal, no importa de dónde vengo, siempre trato de disfrutar y dejar lo mejor de mí.
JORDY ORLANDO CRUZ