CÚCUTA.- Al devolver la página de la historia cucuteña, los habitantes de la ciudad se detienen en la década de los 30, del siglo XX, y tropiezan con la fábrica de cerveza que funcionó durante más de siete décadas en el barrio Latino. Ahí, los recuerdos pasan raudos hasta ubicar las imágenes en el comienzo de la nueva centuria.
Justo en septiembre de 2001, los dueños de la firma decidieron que se llevarían de la ciudad la factoría. En un acto de desprendimiento y como indemnización a los acuciosos consumidores del producto espumoso donaron el terreno para que el municipio desarrollara una obra de envergadura y que se convirtiera en símbolo de progreso.
Lejos estaban de pensar los propietarios del ave de rapiña que pasaría el tiempo y a cambio de un lugar digno de una gran capital de departamento, el terreno generaría problemas. Hasta unos avivados, por poco, se quedan con el lote. Y llegó la solución. Ahí se construiría el Parque Cúcuta 300, inaugurado en 2018. Llovieron las críticas.
Entre los componentes de la majestuosa plaza, que remplazó al ‘Hueco Bavaria’, se proyectó el parqueadero para 300 vehículos y 100 motocicletas. Así nació un nuevo problema para los residentes en el sector, porque ese plan no prosperó. Hoy, solo algunos privilegiados guardan el carro en el estacionamiento.
Ante la indolencia oficial con la que se ha tratado al lugar y el desaprovechamiento del espacio, la Corporación para el Desarrollo Integral de Cúcuta (Pro Cúcuta), agrupación cívica sin ánimo de lucro, escribió una carta a la dirección de Planeación Municipal en la que expone una serie de ideas, para escoger una, y desarrollarla en ese sitio.
El edificio Ixora, de 14 pisos, hotel internacional, oficinas de la Gobernación, la Alcaldía y de entidades nacionales y empresas privadas, nunca se construyó ni se llevó a cabo la ‘revolucionaria transformación urbanística’.
A instancias de Pro Cúcuta se propone:
- Utilizar el parqueadero, administrado por una organización de mujeres.
- Que funcione el parqueadero y se construya en la parte superior un centro para comercializar artesanías, libros, moda, expresiones culturales y degustar café y chocolate.
- Diseñar un centro de experiencias, aplicando las nuevas normas de arquitectura amigable con el medio ambiente, para convertirlo en sitio único y diferente.
- Que ese parqueadero se convierta en centro gastronómico de platos típicos y artesanías de Norte de Santander.
- Hacer una piscina de olas artificiales
- Plantar árboles gigantes y volver ese parqueadero en pulmón verde
- Construir la cárcel de delitos menores
- Construir canchas de fútbol y basquetbol para intercambios deportivos
- Que se ponga un aviso gigante con la leyenda: SE VENDE, para analizar el interés de los inversionistas inmobiliarios.
Pro Cúcuta solicitó al director de Planeación, Juan Carlos Bocanegra, que responda “respecto al destino que pudiera tener este inmueble para que cumpla alguna función que beneficie a los ciudadanos y que se convierta en sitio generador de desarrollo urbanístico, empleo y seguridad”.