En el centro de Cúcuta se percibe creatividad en algunos locales dedicados a la industria textil y cautivan la atención de los transeúntes con maniquíes vestidos con diversas prendas confeccionadas a partir de trozos de tela o lienzos. Los muñecos son el punto de atracción al momento de la compra y son los encargados de darles sentido y de mostrar cómo se aprecia después de la confección.
El desempeño y la innovación en los modelos se toman como estrategia de ventas. Es atractivo ver cómo con una tela y alfileres se consiguen diseños elegantes y exclusivos. Varias mujeres dedican una pequeña parte del tiempo a la confección para demostrar de lo que son capaces, aunque no tienen estudios especializados en diseño de modas. Algunas, ni siquiera saben coser. Aún así, experimentan con todo su potencial para enseñar al público que con el material que ofrecen se pueden elaborar trajes de calidad.
“Todo el trabajo que hacemos las empleadas de las boutiques es para decirles a quienes rondan las calles aledañas a nuestros locales que miren lo que se puede hacer con estas telas”, dijo Ana Arévalo, empleada de uno de los almacenes cucuteños. “Aquí ofrecemos lo que necesitan para vestirte así de elegantes”.
La elaboración de los diseños dura, en promedio, de 15 a 30 minutos teniendo en cuenta si es complejo o sencillo. Se cambian cada 8 o 15 días, o cuando llegan nuevos productos que se requieren mostrar. Se usan las telas de mejor calidad y en ocasiones son las más costosas.
No todas las empleadas cuentan con este talento. En cada almacén se encuentran una o dos que cumplen esta labor y destacan por ser creativas. Confeccionar es habitual. Lo complicado está en diseñar falda y camisa, prefieren elaborar una sola prenda.
Algunas hacen el bosquejo antes de comenzar; otras, lo imaginan a tacto y precisión. Conocen el mundo de la moda a la perfección. Empezaron como vendedoras; luego, se convirtieron en el alma de los establecimientos que engalanan con dedicación.
Vestir de manera llamativa y con las mejores telas a los maniquíes se ha convertido en tendencia en Cúcuta. Carolina Fuentes, dedicada a la venta de textiles, dijo que “vestir a los maniquíes también depende del estado de ánimo en el que se encuentre quién va a diseñar”. Si los modelos quedan bonitos producen más ventas, pero si el diseño no es agradable pasa inadvertido ante la mirada de los transeúntes, que prefieren entrar a otro almacén.
Es una expresión que enmarca el talento cucuteño y con el paso del tiempo aumenta la destreza para ejecutar este proceso. “Cuando los voy armando siento que la tela me dice hacia dónde ir y cómo armar el diseño del vestido”, dijo Inés Rojas, vendedora de almacén. No utiliza revistas ni internet para hacer el trabajo, cree que la confección es mejor hacerla de manera empírica.
La mayoría de veces los vestidos están conformados por retazos, en otras ocasiones son trozos completos, cortados para crear los modelos. Mirian Peñaloza prefiere improvisar. Para vestir los maniquíes no necesita bosquejos previos. “Cuando tengo la tela me acerco al maniquí y empiezo sin planearlo tanto. Claro que leo revistas de moda, las cuales me han generado imaginativos de diseños de vestidos que quisiera tener”.
Las mujeres que hacen parte de este oficio son del común y que sienten alguna pasión para entrar en el mundo de la confección. Encontraron la oportunidad para hacer estallar la creatividad y expresar sentimientos y emociones en cada uno de los locales para los que trabajan. La confección es algo que pocos pueden hacer empíricamente, por ello esas mujeres dedicadas a la decoración son parte vital del comercio.
Algunas expresaron que cuando ingresaron como vendedoras no imaginaron que tuvieran este talento. Tuvieron la oportunidad para explotar las capacidades innatas y en el camino han encontrado a otras diseñadoras les han complementado la vida. Ahora, son creadoras y están a la vanguardia de la moda.
En los maniquíes se proyecta una imagen novedosa y sensual. La mayoría presenta forma de mujer para conquistar, principalmente, al género femenino de la ciudad fronteriza. En las vitrinas se muestra lo mejor del estilo en las confecciones para las damas.
Diana Patricia García
Lina María Díaz
Dixon Andrés Carrillo
Estudiantes de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
Foto: Dixon Andrés Carrillo