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“Cuando va a comenzar la noche, comienza tu día maquillada con mil colores para lucir más”.
La inestable situación en Venezuela ha obligado a muchas mujeres a la mercantilización del cuerpo. Luego del cierre fronterizo, la prostitución se ha convertido en blanco de la capital nortesantandereana hasta acercarla a la crisis social.
Venezuela afronta momentos económicos, políticos, sociales y culturales que llevan a los habitantes a emigrar en busca de oportunidades. Cúcuta ha sido tomada como el paradero de los venezolanos debido a la relación fronteriza. “En Venezuela no hay trabajo. Ahorita qué empresa te va a emplear. Uno viene, porque acá sí hay la oportunidad” laboral, dijo Marcela*, trabajadora sexual.
La devaluación del bolívar obliga a los vecinos a buscar empleo en la ciudad. Un salario mínimo en Colombia, al pasarlo a bolívares, da una suma exagerada para vivir cómodamente y alimentar a la familia. Las damiselas que laboran en un sitio formal, pueden recibir hasta $ 300.000 en una noche.
Jair Urango Martínez, subsecretario de Seguridad Ciudadana, afirmó que se ha trabajado con otras secretarías del municipio sobre el desarrollo laboral de venezolanos que cumplen con la tarjeta migratoria. Este documento permite la legalidad para transitar libremente y laborar en cualquier campo sin distinción.
Marcela tiene 20 años y hace 3 meses ingresó a la prostitución. Estudiaba farmacia y tuvo que dejar la universidad para cubrir las necesidades básicas de la familia. En sus manos está el sustento de la madre y la hija de 10 meses. “Mi prima lleva buen tiempo acá en Cúcuta, sabía de mi situación y me recomendó el trabajo. No lo pensé dos veces. La necesidad me obligó”.
El acto de acostarse con muchos hombres, para Marcela no es tan agradable. A la madre le miente cuantas veces pueda. “Si se entera, se me caería la cara de vergüenza”, comentó.
En el contraste están otras mujeres que acuden a este trabajo con la mentalidad de vivir bien y terminan en un rincón sin salida, donde el consumo de sustancias psicoactivas pasa a ser el adictivo para suplir las necesidades económicas.
Judith Ortega, secretaria de Salud de Cúcuta, en los últimos meses aumentó la llegada de venezolanas a ejercer la prostitución. Aumentaron las enfermedades de transmisión sexual, lo que ha generado que la ciudad se sitúe entre las ciudades de Colombia con más enfermedades venéreas y VIH Sida.
La capital de Norte de Santander está sumida en una crisis económica a causa del desempleo. El Plan de Ordenamiento Territorial no cuenta con la capacidad de generar oportunidades laborales. “Apurados estamos luchando con los cucuteños. La administración municipal no cuenta con esa capacidad, es por eso que se nos dificulta darles empleo a los venezolanos”, añadió Jair Urango, subsecretario de Seguridad Ciudadana.
Las trabajadoras sexuales Venezolanas se concentran en diferentes zonas de la ciudad. La presencia de estas mujeres ha obligado a las colombianas a recurrir a estrategias para no dejar ir a los clientes. La confrontación se debe a los bajos precios que manejan las venezolanas. Por un rato de placer cobran entre $ 6000 y $ 10.000 lo cual es competencia desleal para las prostitutas nacionales.
El parque Mercedes Ábrego es una zona de comodidad para las trabajadoras sexuales promedio. Allí se sitúan a esperar que los clientes, en su mayoría obreros y hombres de la tercera edad, adquieran el servicio por unos minutos en las residencias del lugar. El valor del arriendo de la improvisada habitación es de $ 5000.
“Los parques son libres para caminar y deambular. Ninguna institución o ni siquiera la policía puede decirle a una persona que se desplace. Si algún funcionario lo hace, comete un delito”, afirmó Jonathan Pérez Trabajador Social.
Seguridad Ciudadana inició el programa ‘Si se puede recuperar tu parque’, liderado por dos trabajadores sociales. El proyecto tiene como objetivo finiquitar con las condiciones no óptimas que ha dejado la invasión de venezolanos, desde niños hasta quienes concurren a vender el cuerpo.
Jair Urango tiene presente que muchos de los que emigraron son buenos, y que algunos llegan a delinquir. La situación ha incrementado las cifras de inseguridad. Las entidades gubernamentales y municipales no se preocupan por el aumento de la prostitución. Solo ven la preocupación de tener un parque en buen estado, que no se genere violencia ni robos.
Cúcuta se ha convertido en refugio ideal para quienes ofertan el cuerpo sin importar el valor que les paguen. La tasa monetaria en Colombia les permite obtener la oportunidad de generar ingresos para sustentar a las familias en el estado al que pertenecen.
(*) Nombrado cambiado para proteger a la fuente
HEIDYS PLATA – LEYDI TRUJILLO
ANDREY SÁNCHEZ – ROBINSON ESPAÑA
Estudiantes de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario
