CÚCUTA.- “Ese equipo no tiene nada; pero, nada de nada”. Lo gritó uno de los escasos asistentes al General Santander para apreciar el empate (1-1) del Cúcuta Deportivo contra Inter de Palmira. El partido se jugó sin la presencia de los aficionados y, para colmo de males, los pocos que tuvieron acceso a Occidental salieron decepcionados.
Si será de malas el once rojinegro. Varios momentos se vivieron en esos 97 minutos de juego.
Primero, por la custodia que hay de las ayudas para los desplazados de El Catatumbo, se prestó el estadio con la condición que las tribunas estarían desocupadas. Y así fue.
Segundo, Cristian Álvarez (7’) se manda tremendo golazo, de esos que los hinchas guardan por siempre en la memoria y solo un centenar de familiares, amigos y periodistas pudieron celebrarlo. Los demás, ni por televisión disfrutaron de la anotación, porque no hubo cámaras. (1-0)
Tercero, la alegría del triunfo parcial duró 33 minutos por culpa de Danny Zúñiga al terminar de manera correcta una jugada en la que se vio comprometida la defensa local. (1-1).
Cuarto, los relevos del segundo tiempo, ordenados por don Bernardo, no dieron los resultados esperados y los palmirenses se llevaron un punto para consolidarse en la cima de la tabla. Ahora, el cuadro motilón es 12, con un punto.
Quinto, vienen dos partidos fuera de casa y con dos rivales de esos que llaman directos para el ascenso. Quindío (16 de febrero) y Atlético Huila (22 de febrero) esperarán en sus sedes, con su gente y con las ganas que siempre tienen de ganarles a los cucuteños.
Sexto, los aficionados rojinegros no terminan de emocionarse con el equipo, no preguntan por los abonos, no lucen la camiseta en las calles y no sienten aquella pasión por el cuadro motilón.
Séptimo, el mayor de los accionistas mantiene rígida la Cadena y no cede ante pretensiones propias y extrañas de comprar el club. Ofertas sobran, ganas de vender no existen.
Eso es lo que hay en Cúcuta. Por eso la frase del asistente al partido de ayer y que encontró eco en otros dos que pasaron a su lado. “Ese equipo no tiene nada; pero, nada de nada”. ‘Salve usted la patria’, profe, y conviértase en el Redin-tor que anhela la afición.
RAFAEL ANTONIO PABÓN