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LOS PATIOS – Norte de Santander.
Alejandro lanza el disco volador. Diego, el entrenador, y los compañeros de club, gritan animados. Dayron Norbey corre y lo atrapa. Así se juega el ultimate en Villa Betania (Los Patios). Otros muchachos repiten el ejercicio y se escuchan de nuevo las palabras de aliento.
Este deporte es autoarbitrado. Se juega en conjunto y en categoría mixta. Los jugadores aprenden los reglamentos y los hacen valer dentro del campo. A Norte de Santander ingresó por Pamplona y en 2012, comenzó la fiebre en la Universidad Francisco de Paula Santander.
La expansión llegó al barrio La Ceiba, en el polideportivo La Canasta, pasó a Los Patios, donde hay dos clubes con reconocimiento deportivo, desde el 2017. En el departamento, está en Ocaña, Chinácota, Los Patios, Villa del Rosario y en alguna ocasión estuvo en Chitagá.
- En este momento contamos con más de 200 deportistas inscritos. Más otros cuantos que no pertenecen a clubes, pero lo practican de manera regular.
Diego Rondón es el entrenador del club Ceiba Utimate, de Cúcuta. Reconoció que lo han utilizado como herramienta de resocialización en muchos aspectos. En otros momentos, buscan chicos que no han practicado deporte alguno o que tienen destrezas en otras disciplinas, pero que no se sienten a gusto. Esa es su experiencia.
Hoy, los muchachos conocen el ultimate, además, llegan niños de escuelas de formación. En el pasado reciente contaron con respaldo de Naciones Unidas y Acnur para atraer a adolescentes de los sectores La Polvorera y Betania, en Los Patios. Lograron que esos niños, de 8 a 10 años, se enamoraran del deporte.
- Tuve la oportunidad de enseñar ultimate en el reclusorio de menores, en Los Patios. Una vez el director me dijo ‘con que uno cambie, su trabajo está hecho’. Hoy, uno de esos jóvenes es ingeniero civil y es deportista.
Esos muchachos son el futuro del deporte. Los ‘viejitos’ abrieron el camino para que los pequeños comiencen a andarlo. La idea es llevarlos a torneos y a interligas. En el 2024, obtuvieron apoyo de Indenorte y tienen la posibilidad de incluir a los jugadores en procesos de selección Colombia.
- En estos momentos, de los más pequeños, todavía no tenemos en ese proceso, porque Norte de Santander es territorio alejado del epicentro del ultimate (Antioquia y Bogotá).
La práctica semanal la llevan a cabo en terrenos prestados. Cuentan con las canchas de Villa Betania y del barrio 11 de Noviembre, en los Patios. Entrenan en campos de microfútbol y en el Parque Playa. Aprovechan cada espacio para hacer trabajo físico y táctico, y de tablero. Cuando el terreno es más amplio aplican lo aprendido durante la semana.
El club Ceiba Utimate tiene reconocimiento oficial desde el año pasado. Participó en interligas en 2024 y 2025. Y aparece el infaltable inconveniente que en ocasiones detiene la marcha de los grupos deportivos. Los recursos no alcanzan.
- Empezamos procesos en los colegios en busca de jugadores. Estamos mirando para reservar a esos jóvenes y tenemos en mira otros colegios que cuentan con escenarios adecuados para la práctica.
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Las mujeres aguantamos un poquito más
Michell Gutiérrez, jugadora de ultimate
¿Por qué jugadora de esta disciplina?
- Me gustan los deportes y siento que este es uno de los más completos. Tiene la mezcla de otras disciplinas y es demasiado exigente.
¿Hace cuánto lo practica?
- Hace siete años y medio
¿Qué es lo difícil de jugar ultimate?
- Hay dos dificultades. Una, en la defensa. Hay que tener demasiada resistencia y mucho físico. Dos, los manejadores, porque tienen que tener resistencia, mucha cabeza, y paz para tomar decisiones adecuadas.
¿Cómo se aprende la precisión con el disco y cómo se maneja?
- Práctica, mucha práctica.
¿En cuántas categorías se juega?
- Hay dos, normalmente, mixta y masculino o femenino.
¿A las mujeres les va bien en este deporte?
- Siento que sí. Como mujer digo que sí.
¿Hay roce con los compañeros?
- Bueno, este juego es de no contacto. A veces no se puede evitar, pero en ocasiones las mujeres somos más fuertes y aguantamos un poquito más.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
