CÚCUTA.- Darío Guerrero, en 1953, dio comienzo a la elaboración comercial del pastel de garbanzo, en la calle 4 con avenidas 9 y 10 del barrio Callejón, de Cúcuta.
Darío León Guerrero Meneses, hijo de don Darío y cofundador, cuenta que su papá le compró la fórmula a una señora a quien llamaban Pachita y junto a su mamá, los hermanos mayores y otras personas (10) pusieron en marcha la primera fábrica oficial del pastel de garbanzo en nuestra ciudad.
Fue tal el éxito y la demanda, que a los pocos meses vincularon a dos pasteleros que, en bicicletas y con canastos, entregaban el producto en los puntos de venta donde fueron muy afamados: Quiroga, calle 10 y las Gamboa (barrio La Playa).
Conocí a don Darío Guerrero como presidente de la junta padres de familia del colegio San Tarsicio (1961). Llamó mi atención que en los actos solemnes vestía elegante, con camisa manga larga almidonada y mancornas, saco y corbata roja. Fui compañero de pupitre de sus hijos Olmedo (abogado) y Jorge (q.e.p.d.), quienes en alguna ocasión me invitaron a la fábrica a degustar los ya famosos pasteles de garbanzo.
Ese día me impresionó el sabor de los pasteles y el aseo de la bonita casa, como casi todas las del barrio Callejón. Tiempo después, me enteré de que la corbata roja que don Darío lucía, era por su condición de jefe del Partido Liberal en el barrio.
La mayoría de los Guerrero ya no están, pero dejaron el legado de los pasteles de garbanzo a sus descendientes que hoy continúan en la tercera generación. Carolina, hija de Darío León (retirado), desde el barrio Loma de Bolívar sigue preparando el pastel de garbanzo con la misma fórmula de hace 70 años. En Los Patios, Andrés (hijo de Jorge), también los prepara.
Carolina Guerrero dio a conocer el procedimiento de la elaboración, aunque no cuenta el secreto de la fórmula. En el proceso se cocinan el garbanzo y los demás guisantes para refrigerarlos la noche anterior. Al día siguiente, se amasa la harina de trigo y se deja reposar 20 minutos, para luego pasarla por la máquina que la estira. Extendida en la mesa, es puesto el relleno y, luego, encima otra tapa de harina para cortar con molde redondo en forma de sombrero. Se puya con el tenedor y se pone a freír.
PAUL ERASMO CHARRY
Guía profesional de turismo