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Violeta Parra, la autora de ‘Gracias a la vida’, canción que ha sido traducida a múltiples idiomas, cumplió recientemente 100 años. A pesar del talento para la música, la poesía y la cerámica, solo disfrutó 49 años en este mundo.
La vida le dio dos luceros que, cuando los abría, perfecto distinguía lo negro del blanco, “y en el alto cielo el fondo estrellado y en las multitudes el hombre que yo amo”.
¿Nombres?
Violeta del Carmen Parra Sandoval
¿Lugar y fecha de nacimiento?
San Fabián de Alico o San Carlos (Chile), el 4 de octubre de 1917
¿Padres?
Nicanor Parra, profesor de música y la campesina Clarisa Sandoval Navarrete, de quien Violeta recordaba su afición a las canciones campesinas.
¿Hermanos?
Ocho hermanos, más otros dos medios hermanos, hijos de mi madre. Varios de ellos reconocidos poetas y cantores, así como sus hijos y nietos.
¿Cómo fue la infancia?
Transcurrió en el campo. Mi padre nos enseñó a cantar y con las cantatas nocturnas y matutinas me aficioné por el canto y lo hice la pasión de su vida. Mi madre se oponía a esta dedicación, porque desplazaba los estudios.
¿Dónde se educó?
Recibí educación primaria y cursé dos años en la Escuela Normal de Santiago. Cuando contaba con 9 años me inicié en la guitarra y el canto. A los 12, compuse mis primeras canciones.
¿Dónde trabajó?
Trabajé en circos, bares, quintas de recreo y pequeñas salas de barrio.
¿Cómo le fue en el matrimonio?
En 1952, contraje matrimonio con Luis Cereceda, con quien tuvimos a Isabel y Ángel. Con ellos adelanté gran parte de mi trabajo musical.
¿Quién la animó por la música campesina?
En 1952, animada por mi hermano Nicanor, empecé recorrido por zonas rurales para grabar y recopilar música folclórica. Esta investigación hizo que descubriera la poesía y el canto popular de los más variados sitios chilenos convirtiéndome en una recuperadora de la cultura popular.
¿Qué obras componen su trabajo?
Soy autora de canciones, décimas y música instrumental. También, pintora, escultora, bordadora y ceramista.
¿A qué viajó a la Unión Soviética?
Eso ocurrió en 1954. También fui a Europa y permanecí dos años en Francia, donde grabé mis primeros discos con cantos folclóricos y originales. Conocí a artistas e intelectuales europeos.
Luego vino una gira con los hijos…
Sí, claro, eso ocurrió en 1961. Fuimos invitados al Festival de la Juventud en Finlandia. Viajamos por la URSS, Alemania, Italia y Francia donde permanecimos en París tres años.
Fueron grandes momentos de actuación…
Actuamos en boítes del barrio latino y programas para radio y televisión; recitales en la Unesco, Teatro de las Naciones Unidas; conciertos en Ginebra y exposiciones de mi obra plástica.
1965 es otro año bueno…
Sí, en Suiza se grabó un documental sobre mi vida. En Chile canté con mis hijos en la Peña de Los Parras, en Santiago, se inauguró el Centro de Arte en una carpa; grabé discos de música instrumental.
¿Cómo la recuerdan en Chile?
Con la creación de un museo, que busca albergar diversas expresiones artísticas chilenas, Santiago me rinde tributo como una de las grandes renovadoras del folclore latinoamericano.
¿Cuáles fueron sus grandes momentos?
Todos. Escribí poemas, transformé la arcilla en esculturas, expuse mis tapices en el Museo de Louvre, de París. También, tuve tormentosos amores.
¿Cuál es su gran composición musical?
‘Gracias a la vida’ y ha sido traducida a todos los idiomas, al igual que ‘Casamiento de negros’.
¿Qué pasó el 5 de febrero de 1967?
Estaba en Santiago de Chile, deprimida y sola, me encerré en mi carpa y, al filo de las 6:00 de la tarde, me disparé un tiro en la sien. Tenía 49 años. Al día siguiente, más de 10.000 chilenos desfilaron en mi entierro, lloraban y cantaban fuerte.
Texto adaptado del artículo publicado por
https://www.buscabiografias.com
RAFAEL ANTONIO PABÓN
rafaelpabon58@hotmail.com
