1.- El grado de indiferencia, apatía y ausencia de solidaridad y compañía que se capta y vive en la región y la frontera llega a extremos increíbles, como puede testificarlo y pregonarlo el desinterés en lograr con los presidenciables un encuentro o foro, antes de los resultados del 27 de mayo, en procura de conocer lo que piensan y quieren los aspirantes al primer cargo de la Nación.
Y, lo anoto y destaco, no porque lo expuse en las anteriores Notas al Margen y solicité consideración y atención a esa posibilidad, insinuando que el encuentro bien podría ser en el Complejo Histórico de Villa del Rosario, que bien puede denominarse ‘La capital de la integración en América’, por lo que representa el Congreso Constituyente de la Gran Colombia para el Continente y para destacar la función desarrollada y por cumplir.
2.- Un silencio sepulcral y un “Eso dejémoslo así, porque ninguno nada sabe de nosotros”, fueron parte de las manifestaciones que surgieron, junto a una insinuación para que la gestión la cumpliera la Cámara de Comercio o el periódico La Opinión. Reconocer la inmensa magnitud de la crisis y constatar la necesidad y la urgencia de auxilios y apoyos obliga – indiscutiblemente – a un cambio de conducta y a una renovación de cuadros con visiones de futuro más acordes con la realidad y en procura de perspectivas, propuestas y planes que pueden promoverse y ejecutarse, pero con presencia, participación, estudio y análisis de las opciones, respaldando las conclusiones o resultados. .
3.-Las regiones fronterizas, que representan el 53 % de la faja territorial nacional y que son las áreas más marginales y abandonadas de Colombia, requieren de un mayor y mejor trato, y de una real e innovadora valoración y comprensión clara, nítida y profunda, de las posibilidades de entendimiento y acciones que se pueden llevar a cabo con Venezuela, Ecuador y demás países vecinos, porque el futuro de Cúcuta y de la región, en gran medida, dependerá no del aislamiento y del distanciamiento, sino de la mutua y futurista vivencia integradora, como consecuencia y producto del importante y extenso historial que nos une, compromete y puede proyectarse y fortalecerse.
Hace 2 años, y con la cooperación de Cesar Vallejo Mejía, Sergio Entrena, Pedro Sayago Rojas y Alfonso María Padilla entregamos a las cancillerías de Colombia y Venezuela una propuesta de acción compartida para crear e impulsar parques industriales y tecnológicos, Zonas Francas Especializadas y la Zona Aduanera para el establecimiento de maquiladoras.
Por eso, y porque lo que viene, involucra investigación, innovación, capacitación y estímulos, la tarea no puede proseguir tan solo a la espera. Y, sin un enfoque y atención, sobre los vacíos, para que verdaderamente operen los cambios y las trasformaciones que se requieren.
El desempleo y la magnitud del desinterés obligan a un giro hacia la asociación y la labor en equipo.
JOSÉ NEIRA REY