CÚCUTA.- Escribir de Pedro María Montes Rojas, quizás, no tiene mayor interés para los cucuteños. Nació en La Playa, en 1961, llegó a Cúcuta para vivir la infancia y la adolescencia en el barrio Claret (Ciudadela Juan Atalaya) y bachiller del colegio Municipal. Hasta ahí la historia normal de un hombre que profesa amor por la ciudad que lo vio crecer y madurar.
Escribir del ‘Hincha fiel motilón’ tal vez despierte curiosidad, porque es un personaje sacado de la realidad y formado entre los aficionados al Cúcuta Deportivo. Cuando viste el traje de indio, con el penacho que le agranda la personalidad, es otro ser. Vive y sufre por la divisa rojinegra, y ríe y llora con los triunfos y las derrotas del cuadro fronterizo.
Para definir ese fervor que traspira por el equipo dice que hincha fiel es aquel que “sin importar las condiciones y situaciones sigue a su equipo hasta el final”. No deben importarle las adversidades, los infortunios, las inclemencias del tiempo, las injurias de los adversarios. “Debe ser un alguien que todo lo entrega sin esperar ninguna prebenda, ni nada a cambio”.
Por estos días Pedro Montes, ataviado como los hombres que representan la raza indígena, publicó el libro ‘Vivencias y anécdotas del hincha fiel motilón’. En las 70 páginas reúne textos salidos de sus experiencias y fotografías recopiladas en los múltiples viajes que ha hecho para acompañar al Cúcuta Deportivo.
El texto “rinde homenaje al fútbol profesional colombiano”, escribió en el prólogo. Recopila lo vivido en cuatro décadas dedicadas al elenco cucuteño “con la ilusión y la esperanza de manifestarles el amor que siento por todos ustedes, mis amados hinchas”.
La primera parte la dedica a recordar los mejores momentos de la época de la infancia y evoca cómo era la ciudad para entonces. El personaje nació, en 1995, de la necesidad de revivir la esperanza de los seguidores del club luego de perder la categoría profesional y caer a la Segunda División.
La razón del vestido es para mostrar en los estadios de Colombia, inicialmente, y luego en los de Sudamérica, las raíces y llevar la cultura motilona “porque así es como nos conocen”. “En realidad aquí no importa el atuendo, nos importa es el sentimiento y el significado en u sentido cultural definido”.
Otro capítulo lo dedica a la tribu motilona, la conformación de la familia, el físico, el vestido, los nombres, los pactos, el trabajo, las costumbres, el matrimonio, las sanciones, las creencias y la muerte.
“Sentí mucha nostalgia cuando el equipo estuvo por segunda vez en la categoría de Segunda División. Casi nadie quería ir al estadio”. Los recuerdos llevan a Pedro Montes al 2005. “Logramos salir de ese largo camino que parecía sin salida”. En el 2006, se coronó campeón y comenzó a vivir una época de gloria y de satisfacción para los seguidores. Copa Libertadores, visita de los mejores equipos de Centro y Sur América, renombre continental, fiesta y alegría.
“Fueron numerosas las ocasiones en las que bajo el abrazador sol cucuteño en la tribuna occidental vibré de alegría con los triunfos”. Y deja un espacio para recordar a los amigos que encontró en cada estadio que visitó dentro y fuera del país.
Al final del libro, para ratificar en las primeras páginas, presenta los símbolos cívicos de Cúcuta y trascribe dos de esos cánticos que jornada tras jornada se escuchan en el General Santander:
De día viviré vistiéndome de indio
De noche esta hincha te acompañará
Será como una luz
Que alumbra mi camino
Me voy, pero seguro que el domingo volveré.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Foto: soyrojinegro.com