CÚCUTA.- El taller y laboratorio de prótesis del Centro de Rehabilitación es uno de los tres en condiciones ópticas en el país y único en el departamento. Cuenta con apoyo de la Cruz Roja Internacional y de las campañas contra minas, lo que ha facilitado el trabajo articulado con los pacientes. El apoyo se enfoca a las víctimas del conflicto armado. También, facilita el apoyo a otros pacientes con otro tipo de discapacidad.
En el 2013, inició el fortalecimiento para la inclusión socioeconómica laboral, porque estaba quedándose corto el proceso de rehabilitación. El proyecto de vida les queda truncado a los discapacitados y se vio la necesidad de complementarlo con la apertura de espacios.
“La inclusión ha sido lenta, porque los actores somos muchos en la sociedad para el cambio del paradigma de los pacientes”, dijo Sandra Marina Ríos Álvarez, profesional de apoyo a los pacientes en el Centro de rehabilitación.
Empresas, sociedad e instituciones de salud deben comprometerse en el proceso que resulta dispendioso para el cambio de cultura y de pensamiento.
El proyecto es grande y entre los pacientes genera expectativas. La aceptación por parte de la sociedad ha sido difícil. Se mantiene el imaginario del discapacitado que genera lástima y si se contrata a algún paciente se cree que no se le puede exigir el cumplimiento del reglamento de la empresa como a cualquier otro empleado.
“Esto desmotiva a las empresas a contratar discapacitados, porque se tiene la idea errada de no exigirle y es una equivocación”, indicó Sandra Ríos. Ha sido más desconocimiento de las empresas de los beneficios que genera la contratación. Hay barreras actitudinales para la inclusión de discapacitados.
El paciente también crea barreras. Ayudarlos a salir de esos atascos mentales es un trabajo alterno de la rehabilitación. Puede darse que el paciente se quede en la etapa de depresión y no avance a asumir la nueva condición de vida y retomarla.
“Hay que educarlo hacia un nuevo proyecto de vida. Si nos descuidamos es fácil que se quede en la imagen de lástima. Debe tomar conciencia de que es una persona con derechos y deberes. Hemos estado fortaleciendo que el usuario conozca los deberes y los derechos”, dijo Ríos.
Los espacios se han estrechado con las universidades mediante la vinculación de estudiantes para que hagan la práctica profesional en clínica de la institución. Se ha aprovechado el conocimiento de los alumnos de las universidades de Pamplona, Udes y Simón Bolívar para crear procesos y fortalecerlos.
Foto: RUBÉN PAREDES
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