CÚCUTA.- Quizás el partido de la sexta fecha del Torneo I 2024 fue atípico. Cúcuta Deportivo ganaba (1 – 0) y en el último minuto le empataron (1 – 1). Mientras las graderías permanecían desocupadas, la Plaza de Banderas vivía la fiesta rojinegra. La barra que animó el partido fue Aguante Azulgrana, porque la Banda del Indio no entró.
Es cierto, los motilones mantienen el invicto. Cuatro partidos ganados y dos empatados. Lo incierto es que los visitantes se lleven los puntos del General Santander. No puede haber conformismo en ese sentido. Es verdad, se suma un punto, pero a costa de perder dos. ¡Qué vainas con las matemáticas!
Los aficionados se asomaron de a poquitos y estuvieron en Oriental, Norte y Occidental. Los habituales inquilinos de Sur mantienen la posición de darle la espalda al club y aunque uno que otro indio, se cuela la mayoría bailotea en la Plaza. La consigna es clara, la protesta no es contra el equipo y menos contra los jugadores. El rechazo es contra el accionista mayoritario José Augusto Cadena.
En las tribunas reaparecieron, de manera tímida, las pancartas que anuncian la presencia de las barras. No las hubo en la cantidad de tardes y noches pretéritas, pero llegaron. En cambio, afuera, en la tarima de la Plaza había una desplegada con dos palabras. Suficientes para dar a conocer la posición de la Banda: Fuera Cadena.
En materia futbolística, Unión Magdalena parecía el local. En el primer tiempo atacó y no tuvo fortuna para convertir. Dominó el partido y escuchó la música de sus parciales. Cúcuta Deportivo, sin esconderse, no encontró la pelota y se amilanó ante la falta del aliento de los muchachos descamisados de Sur.
De pronto hay nerviosismo por la responsabilidad de mantener el invicto, y se nota en la entrega errática constante en cualquiera de las líneas. Los veteranos no mantienen la calma para darles ejemplo a los noveles. Esto hace que los escasos asistentes, también, comiencen a mecer las piernas y a comerse las uñas.
El segundo tiempo solo cambió de dirección. Los samarios querían hacerles saber a los locales que tienen intenciones idénticas de volver a la A. Tal vez los costeños si sientan este compromiso y trabajen por alcanzar el objetivo. Los hinchas de acá tienen perdida la fe y creen que en junio se dará la orden de soltar el acelerador y no cumplir la meta trazada y cacareada.
Debieron pasar 70 minutos para que Cúcuta llegara con peligro. Lucas Ríos, atento a un rebote, metió el zapatazo certero y potente para declarar la apertura del marcador. 1 – 0. Entre tanto, las porristas aprovechaban el ritmo de la barra visitante para danzar y hacer coros ineludibles.
A partir de ese instante, Magdalena lanzó un furibundo ataque que daba frutos para acercarse a la portería de Esteban. Minuto 90 + 6, increíble, el árbitro solo aguardaba que los motilones sacaran el balón, lo pusieran lejos de la portería para dar el pitido final. Pero ocurrió lo que no debía pasar. Benjamín Ortiz cometió la imprudencia garrafal de tumbar a un rival en el área y penalti. Andrés Carreño cobró. 1 – 1.
Huila retomó la punta (15 puntos) y los rojinegros son segundos (14).
Pregunta capciosa.
¿Cierto que fue un partido atípico?
Respuesta verdadera.
La asistencia dista mucho de aquellas tardes de júbilo inmortal.
RAFAEL ANTONIO PABÓN