CÚCUTA.- Pregunta capciosa. ¿De qué valen los esfuerzos del gobierno municipal para mostrar una ciudad bien presentada, en el tiempo que sea, si los cucuteños se encargan de dañar los muebles que se instalan en el espacio público para comodidad de habitantes y visitantes?
Respuesta natural. De nada, porque la incultura, la falta de pertenencia, la indolencia, el irrespeto por lo ajeno, el analfabetismo social, el atraso mental de muchos y la incivilidad ganan la batalla, y de lejos.
En cualquier año, la administración municipal se preocupó por darles a los peatones bancas para que descansaran luego de recorrer el Centro Comercial a Cielo Abierto. Esto es en la calle 10 entre avenidas 0 y 5. Al principio, todo era armonía y la belleza resaltaba en el sector.
Luego, aparecieron los desadaptados y comenzaron a llevarse las tablitas de las sillas. Resultado: los asientos quedaron en mal estado y dan imagen de miseria y destrucción. ¿Habrá nueva inversión para recuperar estos bienes muebles de Cúcuta?