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Quiero tributarle un homenaje a mi ciudad natal que se ha levantado sola, casi nunca ha sido ayudada seriamente por el gobierno central. / Foto: Wikipedia

CHARLAS CON… Padre García-Herreros, un Minuto con Cúcuta

Rafael García-Herreros Unda nació, el 17 de enero de 1909. A los 25 años se ordenó como sacerdote y ofició la primera misa en la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, en Bogotá. Las siguientes dos décadas las dedicó a la formación de seminaristas en diferentes centros del país. Esta actividad la combinó con un viaje de perfeccionamiento en filosofía por Europa entre 1950 y 1951. Todas las noches, durante 37 años, convocó a los colombianos, a las 7:00 de la noche por la pantalla chica, para tener un Minuto con Dios.

Padre, ¿dónde nació usted?

  • Nací en un hogar cucuteño, de una de las familias más antiguas de la ciudad. Me crie allí en la escuelita de la hermana Rosalía. Jugué con todos mis coterráneos en la plaza de Mercedes Abrego, dañando los jardines y bajando cocos.

¿Algún recuerdo grato de esa niñez?

  • Oí desde niño a don Elías Soto tocando en mi propia casa, las ´Brisas del Pamplonita´. Me enseñaba inútilmente música en compañía de mi hermana Matilde. Escuché los versos de Pacho Morales y los poemas de Teodoro Gutiérrez Calderón los aprendí de memoria.

¿Qué leía en esa época?

  • Me aprendí de memoria ´La bandera colombiana´. Oí los sermones encendidos, como los de Savonarola, del padre Demetrio Mendoza y del padre Jordán. Leí muchas veces cuando niño las cartas del general Santander a mi abuelo don Manuel. Las tengo en mi casa.

¿Qué lo distraía?

  • Me quedé extasiado mirando las palmeras del parque Santander y su estatua de bronce. Él era mi pariente.

¿Y de travesuras cómo estamos?

  • Subí a echar cometas en La Piedra del Galembo. Me bañé mil veces en los pozos del río Pamplonita. Me agarré a puño cuando niño con Virgilio Barco. Vi pintar muchas veces al genial pintor cucuteño Salvador Moreno. Recorrí todas las calles de mi ciudad en un pequeño caballo que mi padre me había obsequiado. Estuve mirando las excavaciones de los pozos de petróleo de mi tierra. Compré dulces de contrabando de Venezuela.

¿De la historia cucuteña qué aprendió?

  • Oí muchas veces el relato del Terremoto de Cúcuta donde murieron muchos de mis antepasados. Me contó mi madre muchas veces todos los detalles del sitio de Cúcuta. Ella me relató lo que dijo mi abuela frente a la estatua de Santander cuando la ciudad estaba sitiada: ´Pariente, he ahí tu obra´.

¿Usted fue un niño normal, de barrio?

  • Me bañé muchas veces en la toma sucia que pasaba por el solar de mi casa y colindaba con los Hernández. Comí los pasteles de Pacho, los arrequives de doña Corina y pezuñas de cerdo de La Turra Petra.

¿Cómo le iba en el estudio?

  • Aprendí a leer en la Historia de Cúcuta, de don Luis Febres Cordero, mi pariente. Me dio férula en mis manos infantiles, don Luis Salas Peralta, en la clase de aritmética.

Imagino que era un niño saludable…

  • Estuve muchas veces enfermo de disentería, cuando niño, por comer almendrones que caían de los árboles. Me cuidó el inmortal médico de la ciudad, don Erasmo Meoz.

¿De las matronas de la época a quiénes recuerda?

  • Vi a doña Amelia Meoz construyendo hospitales y asilos para pobres. Vi a doña Teresa Andressen haciendo colegios y asilos para niños. Es decir que yo soy entrañablemente cucuteño.

¿Está agradecido con Cúcuta?

  • Quiero saludar a esa ciudad y agradecerle su aire, su agua, su ambiente, sus estrellas, sus modales, su franqueza, su lenguaje, su visión bellísima de la patria y del cerro Tasajero, lleno de petróleo y su contemplación todas las noches del Faro del Catatumbo.

¿Por qué le rendiría tributo a Cúcuta?

  • Quiero tributarle un homenaje a mi ciudad natal que se ha levantado sola, casi nunca ha sido ayudada seriamente por el gobierno central, aunque ella ha aportado las leyes de la patria con el general Santander y ha aportado una magnífica colaboración con sus hijos mejores.

¿Cómo describiría a su ciudad natal?

  • Sepa el país que Cúcuta la silenciosa, la ciudad que es un bosque de árboles, la ciudad que le dio las leyes con Santander, es una ciudad de grandes valores, de una historia llena de poesía, de generosidad y de progreso.

(Entrevista imaginaria a partir de la emisión de El Minuto de Dios, 17 de junio de 1983)

RAFAEL ANTONIO PABÓN

Sobre Rafael Antonio Pabón

Nací en Arboledas (Norte de Santander - Colombia), educado y formado como periodista en la Universidad de la Sabana (Bogotá), gustoso de leer crónicas y amante de escribir este género periodístico, docente en la Universidad de Pamplona (Colombia) y seguidor incansable del Cúcuta Deportivo.

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