La doctora Cristina Plazas, ex directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, dijo a la prensa que el senador ‘Ñoño’ Elías, a quien el Gobierno le asignó el ICBF, no hizo sino explotarlo durante 15 años. El senador, que gana más de $ 30 millones mensuales, resultó un ladrón de cuello blanco al expoliar los escasos presupuestos para la protección de la niñez desamparada.
Nadie se explica por qué le asignan a los parlamentarios los institutos del Estado, quienes les caen como cernícalos, a la pata de los pobres presupuestos, como si no tuvieran gerentes y directivos, para su funcionamiento; tal el caso del citado instituto, asignado al insaciable senador costeño, quien hoy duerme, en la cárcel de la Picota, por afortunada decisión de la Corte Suprema de Justicia.
Y no es el único caso, esa es, inveterada práctica en todo el país; aquí, entre nosotros, también se vive y se sufre esa práctica; hace unos meses, cuando se fue a elegir el rector de la Universidad de Pamplona, el parlamentario a quien está signado ese instituto de educación superior, participó en la decisión, lo cual le permitió recibir una elevada coima, que pagó nada menos, que la conocida delincuente a nivel nacional, la gata, como fue denunciado oportunamente por la prensa.
Para qué, se pregunta la ciudadanía, ponen encima de los menguados presupuestos de los institutos descentralizados, avezados ladrones de cuello blanco, como fue denunciado por la ex directora del instituto colombiano de bienestar familiar doctora Cristina Plazas? Tal vez, sea esa, la causa para su inesperada remoción del cargo.
Indudablemente, son vergonzosas manchas, que deterioran el buen nombre de este gobierno, ya de por sí con elevado detrimento, en su último año de ejercicio del poder; bueno sería, piensa la ciudadanía, que no existieran esas desagradables y vergonzosas fallas. Que el gobierno nacional, desista de asignarle los institutos oficiales a los parlamentarios, para evitar lo denunciado en el citado instituto nacional de bienestar fa miliar.
Afortunadamente, tanto la Fiscalía general de la nación, como la Corte Suprema de Justicia, están empeñados en perseguir y castigar la delincuencia de todos los pelajes, en una actitud que la nación entera les sabe agradecer, para bienestar de todos.
El ‘Ñoño’ Elías es el primero de los ladrones de cuello blanco, en caer en las garras de la justicia, pero tal vez no sea el único, ni el último, porque se ve que la justicia se está moviendo sin contemplaciones, y esperamos continúe en esa labor de limpieza social.
PABLO EMILIO RAMÍREZ