CÚCUTA.- El encendido de las velitas en los hogares cucuteños marca el comienzo de las festividades de fin de año. Las familias aprovechan la ocasión para reunirse y pasar uno de los momentos sublimes en las celebraciones religiosas. Velas, veladoras y faroles iluminan calles y avenidas como símbolo de veneración a la Inmaculada Concepción.
Este acto refrenda la fe y la esperanza en la Virgen María. La tradición de encenderlas en la noche del 7 de diciembre está relacionada con la protección y la gratitud por las bendiciones recibidas a lo largo del año.
Los católicos conmemoran la anunciación del Arcángel Gabriel a María como la elegida por Dios para ser la madre de su único hijo, a quien concibe por obra y gracia del Espíritu Santo.
La costumbre es prender una vela por cada bien, don y gracia recibidas durante el año. En otras ocasiones, la práctica busca pedir un deseo íntimo de cada quien.