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CUCUTA.- A medida que el sol llega a su ocaso y la noche irrumpe en la ciudad, poco a poco niños, jóvenes, adultos y adultos mayores llegan a un nuevo espació de atracción, el Parque Cúcuta 300 años. El 12 de diciembre, se dio al servicio de la comunidad por el alcalde Donamaris Ramírez en el lugar donde por años funcionó la fábrica de cervezas. El lote, luego de la demolición de las estructuras, se convirtió en un hueco que causó innumerables problemas a los cucuteños.
Del lugar oscuro e inseguro se pasó al referente del sentido de pertenencia de los cucuteños. La inversión alcanzó los $ 8000 millones, para entregar un nuevo atractivo turístico a la ciudad. Ahora, se escuchan expresiones halagadoras, contrarias a las críticas que por años rondaron a la manzana comprendida entre las avenidas primera y segunda y calles 8 y 9.
“Como está lindo. Es hermoso y estamos como en otras ciudades del mundo”, dicen los visitantes al pasearse por el parque. El diseño renueva y airea el paisaje urbano en el centro de la ciudad. Tiene un área de 16.000 metros cuadrados, de los cuales 6000 corresponden a las instalaciones hidráulicas y biosaludables, los 10.000 restantes están destinados a zonas verdes.
No todas las fuentes están en funcionamiento. Por disposiciones técnicas para evitar la pérdida de agua por acción de la brisa funcionan de manera regulada. Si alguien desea observar y disfrutar el espectáculo de luces que se conjuga con los chorros de agua en las fuentes con piscina y el túnel, puede hacerlo de 6:30 de la tarde a 9:00 de la noche.
En las mañanas, los residentes en el centro, el barrio Latino y la avenida Cero adoptan la rutina de hacer ejercicios en los aparatos biosaludables instalados. No debe existir temor por la calidad del agua, porque proviene del acueducto y es reutilizada. El proceso idéntico al de una piscina y en el que se emplea cloro en la cantidad suficiente, que impide la reproducción del zancudo vector de dengue o el chicungunya.
El cuidado permite que los cucuteños vayan al Parque Cúcuta 300 años en ropas livianas y deportivas, mojarse a su antojo, guardar la compostura y aprovechar el mobiliario. La custodia está a cargo de vigilantes privados, reforzados por agentes de la policía para garantizar la tranquilidad ciudadana.
En 1930, se instaló la fábrica de cerveza, que por la expansión y los niveles de producción generó conflictos con los vecinos. Los enfrentamientos se agudizaron en 1993, cuando se instaló la caldera, que funcionaba con carbón mineral. Esto propició la contaminación del aíre por el humo y el hollín que salía de las chimeneas.
Las autoridades ambientales solicitaron el traslado de la fábrica. La empresa obedeció la petición, en septiembre de 2001, y en cumplimiento del proceso de reorganización cerró la planta de Cúcuta. Los terrenos fueron donados al municipio. Al ser demolidos los edificios de la cervecería quedó el hueco en el que se proyectaron diversas obras. Al final, ganó la construcción del Parque Cúcuta 300 años.
Foto: PRENSA ALCALDÍA DE CÚCUTA
