Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
CÚCUTA.- La Quinta Teresa, por muchos años, se convirtió en símbolo de la educación cucuteña al dar albergue a los hermanos lasallistas para que regentaran el colegio Sagrado Corazón de Jesús. Otro tiempo, fue objeto de miradas resignadas por el estado de deterioro. Las ruinas carcomían la estructura ante la pasividad oficial y privada para rescatarla.
Andressen Moller, venido de Dinamarca en el siglo 18, bautizó la casona en honor de su esposa Teresa Briceño. Quedaban pocos años para comenzar la nueva centuria (1893). Era la época de las casas grandes en Cúcuta, como símbolo del poder económico de la época.
Al convertirse en plantel educativo dio albergue a jóvenes a familias cucuteñas distinguidas. En los mosaicos que retratan las promociones de bachilleres resaltan apellidos de hombres que han tenido la oportunidad de dirigir los destinos de la ciudad.
Luego, el tiempo se encargó de acabar con ese ícono. Las paredes de la parte antigua cedieron, el techo se desmoronó y los recuerdos se hundieron entre la tapia pisada y las cañas viejas que se asomaban en busca de la restauración.
Ahora, “podemos decir un grito de alegría porque se consiguieron los recursos para la remodelación de la Quinta Teresa”, dijo la secretaria de Cultura de Norte de Santander, Judith Ortega. El proceso se dividió en tres partes y cuesta $ 3400 millones.
Desde el 2013, se lleva a cabo el contrato. La primera parte debe estar lista a finales de enero, con recursos girados por la Gobernación. La Alcaldía de Cúcuta es la encargada de ejecutarlos. A partir del 2 de febrero, iniciará la segunda etapas.
El Ministerio de Cultura se encargó del proceso licitatorio y entregó la responsabilidad al arquitecto Segundo Pardo Barreto, de trayectoria profesional. “La ganadora será la ciudad”, admitió Judith Ortega.
La Gobernación cofinanció con $ 100 millones provenientes de la estampilla de Procultura. En el 2012, se invirtieron $ 750 millones y en el 2013, se destinaron $ 475 millones. El saldo corresponde al Ministerio.
La obra obedeció al deterioro avanzado de la casona a lo largo de los años. “Se había hecho gestión, pero no hubo voluntad política por parte del Gobierno, y la Gobernación no contaba con recursos para la terminación. El senador Juan Manuel Corzo ayudó a gestionar y se logró la adjudicación de los $ 2400 millones que restaban”.
La aspiración es que en septiembre se termine la obra. El contrato está para ejecutarse en ocho meses. El Ministerio puso como requisito que se destinara para un gran centro cultural. Existe ese compromiso y se tiene qué cumplir. “No sabemos aún quién va a administrarlo, si será una empresa privada o una entidad oficial”, dijo la Secretaria de Cultura.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Fotos: MARCO SÚA
