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TIBÚ.- Varios meses han pasado desde el fin de los bloqueos en El Catatumbo y que afectaron la economía y llevaron a Tibú y los habitantes al borde del colapso. De un momento a otro, el rumor de un ‘Paro campesino’ se convirtió en realidad y tomó por sorpresa a propios y extraños en el municipio petrolero.
Lo que más causó sorpresa fue la presencia de un hombre, quien aseguraba representar al movimiento de campesinos movilizados hacia el casco urbano y los alrededores. Extrañamente, ninguno de los labriegos lo conocía. César Jerez, anónimo antes del bloqueo que duró 53 días, se convirtió en la voz sonante en las constantes reuniones que sostuvieron con las delegaciones que el Gobierno envió a Tibú para buscar solución a la parálisis.
César Jerez, de 42 años, nació en Cimitarra (Santander). Es geólogo de la Academia Estatal Azerbaijana de Petróleos de la antigua Unión Soviética. En Bakú (Azerbaiyán) obtuvo la maestría en geología industrial de petróleo y gas. En España vivió un tiempo.
Fundador de la página web Prensa Latina (medio alternativo). Profesor y traductor de ruso, columnista de medios alternativos de comunicación, entre ellos la revista Rebelión, además de tener estudios de gestión y planificación del desarrollo urbano y regional en la Escuela Superior de Administración Pública (Esap) de Bogotá.
Desde 1998, es miembro de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC) y coordina el equipo nacional de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).
Este personaje llegó con bajo perfil a Tibú, convocó uno a uno a campesinos de la región y logró reunir un gran número para implantar su ideología revolucionaria y su cometido, hacer que una amplia zona de El Catatumbo sea declarada Zona de Reserva Campesina.
Mientras el bloqueo, César Jerez y Juan Carlos Quintero, vocero de la Asociación de Campesinos del Catatumbo (Ascamcat), fueron las voces autorizadas en reuniones y ruedas de prensa llevadas a cabo en el desarrollo de las conversaciones entre líderes campesinos y delegados del Gobierno, encabezados por el vicepresidente Angelino Garzón.
Así como fue inexplicable la aparición en El Catatumbo, lo fue también su desaparición. Muchos habitantes no saben del paradero, ni de la suerte de estos dos hombres que “vinieron a causar daños y a vernos la cara”, como lo aseguró un residente de Tibú, quien por seguridad no dio el nombre.
Más de seis meses después del levantamiento del paro, lo único que le dejó a Tibú y los habitantes es una crisis económica que mantiene a decenas de tibuyanos en proceso de recuperación y una enorme decepción, porque de las miles de promesas hechas en medio del bloqueo, solo quedaron en eso, en promesas.
ELIBARDO LEÓN ESTEVEZ
