CÚCUTA.- Un solo alcalde, el de Ragonvalia, atendió el llamado a participar en el taller de capacitación sobre Vivienda de Interés Social (VIS), organizado por la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) y la Secretaría de Vivienda de Norte de Santander.
Un solo municipio a acudido a la Financiera para inscribir proyectos de este tipo para solucionar los problemas que afrontan los nortesnatandereanos, especialmente luego de la oleada invernal de finales del 2010 y comienzos del 2011.
Esta situación de desgano ocurre a pesar de que en Norte de Santander 109.047 hogares necesitan una casa digna para vivir. Muchas familias ocupan ranchos, construidos con tablas, láminas de cinc, plásticos y techos de paja.
En las cifras que maneja Findeter, 78.475 hogares afrontan déficit cualitativo habitacional. Esto significa que el 26,58 por ciento de las familias del departamento requieren una vivienda digna.
Mientras que 30.572 hogares tienen déficit cuantitativo habitacional. En consecuencia, el 10,35 por ciento de las familias claman por una casa nueva.
En la jornada de capacitación, a la que estaban invitados los 40 alcaldes, se tenía previsto explicar las políticas de vivienda, los proyectos de vivienda y estructuración, y el montaje de proyectos en formatos de Findeter.
El objetivo del taller era brindar herramientas para generar mejores proyectos de vivienda. En la actualidad hay muchos represados, por el desconocimiento y la falta de preparación en el momento de llevarlos a Bogotá.
Norte de Santander representa el 5 por ciento del total nacional de los proyectos presentados. Los alcaldes deben formular proyectos teniendo en cuenta que en la Presidencia hay recursos suficientes para respaldarlos.
La vivienda de interés social es la unidad habitacional que cumple con los estándares de calidad en diseño urbanístico, arquitectónico y de construcción. El valor no excederá 135 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Va dirigida a las familias que devengan menos de cuatro salarios, que cuenten con subsidio otorgado por el Gobierno o por alguna Caja de Compensación Familiar.
Las viviendas ofertadas deben cumplir con unas dimensiones arquitectónicas mínimas de 29,60 metros cuadrados, repartidos en cocina (3,60 m2), baño (2,80 m2), ropas (1,10 m2), dormitorio (7,30 m2), sala comedor (14,60 m2).
Las viviendas nuevas deben cumplir con los requisitos mínimos para ser habitadas y disponer de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y energía.
En cuanto al mejoramiento de vivienda, el beneficiario del subsidio supera una o varias de las carencias básicas y cuyo desarrollo exige la constitución de permisos previos, ante las autoridades competentes. En este caso el título de propiedad de la vivienda debe estar inscrito en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos a nombre de cualquiera de los miembros del hogar postulante.
En los casos en los que la totalidad de la vivienda esté construida en materiales provisionales (latas, tela asfáltica, madera de desecho, etcétera), se considerará objeto de un programa de construcción en sitio propio.