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CÚCUTA.- A los 8 años, y al pensar en esa corta vida, agradece a Dios, resalta el apoyo del preparador y destaca la compañía de su hermana. Comenzó en el mundo del modelaje hace 48 meses, ha ganado dos títulos y carga en el morral las bandas que lo atestiguan. Habla como niño, sin adornos y sin que se note el camino trasegado.
Jhojan Miguel Ángel Salazar vive en el barrio Ospina Pérez y de lunes a viernes recorre más de dos kilómetros para asistir a clases. Va hasta el barrio Camilo Daza y en el colegio Omaira Sánchez, que recuerda a la niña que murió en la tragedia de Armero, cursa cuarto año. Ahí, comparte con los compañeros.
La corta edad no les permite sentir envidias ni antipatías. Son amigos y lo han visto en las redes sociales mientras participa en desfiles. Tiene como ley una frase aprendida a punta de experiencia. “Si ellos son buenos conmigo, yo soy bueno con ellos”. Lo dice con naturalidad y sonríe.
A la institución educativa no lleva las bandas, no quiere ser presumido. Prefiere que lo vean y admiren por la humildad con la que se ha comportado. Claro, si organizan una pasarela las saca, se las cuelga y las luce como lo que es, ‘Chico talento’, título que ganó con una poesía, y ‘Mini modelo revelación’, distinción que obtuvo con una canción.
Si le dieran la oportunidad de escoger una asignatura para no aprenderla, sin titubeos elegiría matemáticas. Le da briega dividir por tres cifras y eso lo incomoda. En cambio, prefiere el inglés, así todavía no tenga mayores conocimientos del idioma que hablan los gringos.
Tiene ojos claros heredados de la nona, y piel blanca. Los papás lo han respaldado en esta afición y pagan la mensualidad en la academia. La hermana mayor, la que lo metió en esta aventura, lo acompañaba a las clases. Ahora no puede, porque debe atender los compromisos universitarios.
Pasa parte de los ratos libres con los amigos del barrio y se divierten con juegos lúdicos, esos que otros niños han abandonado para dedicarles tiempo a los teléfonos celulares.
De John Franco, el mentor en la academia Class Fashion Models, dice que es “una persona humilde, una persona excelente. Nos trata muy bien”. En las clases de modelaje han aprendido a caminar por la pasarela. Y ahí es cuando siente susto. Para que los asistentes no noten el miedo respira profundo y comienza el recorrido.
Ha modelado ropa casual deportiva y piyamas en centros comerciales locales y el Parque Santander.
En etiqueta y glamur los profesores enseñan comportamientos en la mesa, cómo sentarse, cómo comer, cómo manejar los cubiertos. Y el tercer aprendizaje está enfocado a la vocalización. Decir el nombre con la boca bien abierta para que la lengua no les juegue una mala pasada.
A Jhojan Miguel también le gusta el deporte. En una ocasión fue arquero, lo apasionaba actuar en esa posición en la cancha. Pero, cierto día, conoció el baloncesto y decidió dar la vuelta hacia disciplina. De la NBA tiene como referente a Stephen Curry II, de la plantilla de los Golden State.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
