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CÚCUTA.- “Cuando uno no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve”. Así se refirió Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar, al referirse al trabajo de la administración municipal para contener la oleada de violencia que azota a la ciudad. Afirmó que el alcalde (Jorge Acevedo) “anda proponiendo cuanta cosa se le ocurre” para darles seguridad a los cucuteños.
Cañizares pidió “parar la violencia”. Tildó a la corrupción como generadora de violencia, porque la alimenta. “Estamos convencidos de que a esa violencia debemos ponerle un muro de contención. Y ese muro es la ciudadanía organizada y movilizada. Necesitamos una ciudadanía activa”.
Anunció que para detener el accionar delincuencial tienen un decálogo, del que enumeró algunos aspectos fundamentales: marchas, movilizaciones, plantones, declaraciones públicas, análisis, propuestas e investigaciones. La intención es “desentrañar los fenómenos de criminalidad organizada y de violencia”.
En el programa tienen previsto invitar a los sectores sociales, académicos, económicos, productivos y políticos para que se junten en el propósito de buscar alternativas para enfrentar los fenómenos violentos. “También, vamos a convocar a la institucionalidad, a las autoridades locales y departamentales”.
Declaración conjunta
Cerca de medio centenar de organizaciones sociales, dedicadas a la defensa, promoción y protección de los derechos humanos en Norte de Santander, rechazaron las formas de violencia que diversos grupos han cometido en la ciudad y en los municipios del Área Metropolitana.
“La muerte campea por nuestra ciudad. En su recorrido no distingue edades, género o clases sociales”, dice el comunicado entregado ayer, a los medios de comunicación locales. “A su lado marchan la impunidad, la corrupción en la fuerza pública y demás servidores públicos, al igual que la ineficiencia institucional”.
Criticaron las respuestas gubernamentales y señalaron que se mueven al ritmo de las redes sociales, mientras las crisis social y económica se profundizan. Entre los delitos denunciados aparecen los homicidios, el sicariato, las extorsiones masivas, los secuestros selectivos y las amenazas sistemáticas contra líderes.
“Esto tiene que parar”. Pidieron desnaturalizar la muerte violenta para no perder el rumbo y abrir las puertas a un camino sin retorno. “El Estado colombiano sigue fracasando en su deber de defender la vida y proteger los derechos de los ciudadanos en Cúcuta”.
Los firmantes del documento indicaron que “no aceptamos medidas que comprometan la vida de las comunidades o agraven la violencia”. Consideraron como un error las propuestas de militarizar la ciudad, impulsar la compra de armas para la defensa personal o crear redes de informantes.
“Estamos convencidos de que solo una comunidad unida, organizada y movilizada, puede frenar el avance violento de expresiones delincuenciales que está poniendo en riesgo nuestra existencia como sociedad y la viabilidad misma de nuestra ciudad”, señalaron.
