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CÚCUTA.- “Nací El 29 de enero de 1973”. Así, sencilla y clara, fue la presentación personal. Después, se extasió en alabanzas para Gramalote, municipio que lo vio llegar al mundo. No dudó en afirmar que nortesantandereanos, en particular, y colombianos, en general, lo visitaban en diciembre y en Semana Santa.
Los exalumnos de los colegios Sagrado Corazón y Simón Bolívar, y el Instituto Agrícola regresaban a pasar las vacaciones de mitad de año, tiempo que aprovechaban para ir al río a recordar los momentos vividos y para caminar por las montañas mientras jugaban a ser cazadores.
Los recorridos de antaño incluían El Molino, Pueblo Viejo, el Pozo de la Ahogada, el Cerro de la Cruz y el Santuario a la Virgen del Carmen. No perdían la oportunidad para volver a las veredas, donde los aguardaban familiares y amigos para escucharlos contar historias de la ciudad.
Así repasó Fabián Staper los años pasados entre la niñez y la juventud, en los que se divirtió mientras daba rienda suelta a una de las pasiones que lo llevaban a soñar. Ser jugador de fútbol estaba en los planes. Tenía habilidades y condiciones. Vistió los colores de varios equipos en la etapa infantil.
- Jugué en el colegio Simón Bolívar, en la fase municipal de los Intercolegiados. También, en el campeonato interno. Pero el profesor casi no tenía confianza.
Un detalle, mínimo si se quiere, lo dejó fuera de cualquier convocatoria. La estatura no era la ideal para estar en la titular. Aunque lo tenía en cuenta para definir los partidos, no significaba que llegaría a integrar la nómina inicialista. De esos recuerdos quedan intactos los nombres de Reynaldo Ortiz y Rafael Gutiérrez, quien tuvo la fortuna de ser convocado a las filas de Atlético Bucaramanga.
A pesar de esas vicisitudes, el deporte para Fabián siempre ha sido parte de su vida. Y aclara. No ha sido el centro de la vida. Ha hecho parte de esa existencia alargada 51 años.
La segunda pasión surgió de repente y la cuenta a manera de anécdota. Coincidencia. Era diciembre y la misa de aguinaldo comenzaba a las 4:00 de la mañana. A la salida de la eucaristía se vivía el ambiente festivo organizado por una vereda. Quizás les debe a los abuelos maternos de Jesucristo la llegada a la Voz de San rafael.
El concurso consistía en decir quiénes eran los padres de la Virgen María. Después del protocolo, dijo Joaquín y Ana. El locutor quedó admirado por el manejo del público y la capacidad de improvisación.
- Me invitaron al programa, a las 12:00 del día, Folclor nacional y su gente. Era música colombiana con el recorrido histórico y geográfico por las regiones del país.
Tercera pasión. El Espíritu apareció, no vestido de futbolista, ni con micrófono en mano, sino revestido con sotana. Tenía pensado que sería médico o artista. El 26 de enero de 1991, ingresó al Seminario Mayor de Cúcuta. Cumplió un cuarto de siglo como sacerdote.
¿Cómo ha eludido al mundo exterior?
- No lo he eludido, lo enfrento, me meto en medio. La sola presencia del sacerdote evangeliza.
En el ejercicio episcopal de Oscar Urbina, fundó la parroquia Jesús de Nazareth en la invasión Carlos Pizarro. Compartió con la comunidad los problemas sociales, económicos y religiosos. El trabajo de seis años le permitió ver crecer la construcción del templo y las estructuras de la pastoral, que ayudaron para que la invasión se convirtiera en barrio.
A esta labor le sumó la conformación de la pastoral infantil, abrió la capellanía del deporte y la pastoral del deporte. Ese esmero por organizar comunidades llegó a los ojos y oídos de monseñor Urbina. El premio al esfuerzo fue la beca para viajar a Madrid (España).
La Universidad San Dámaso lo formó como licenciado en Teología Moral. Al regreso ingresó al seminario para compartir esa cátedra con los alumnos, que luego serán sus colegas.
Ha estado en las parroquias San Miguel Arcángel, Sagrada Familia, Cristo Resucitado y Divino Niño. En esta última una sorpresa lo aguardaba. De repente, el 21 de enero, a las 4:30 de la tarde, se incendió la fábrica de colchones vecina y las llamas destruyeron la casa cural y parte del templo.
- Sentí impotencia. Recuperé lo que pude. Con ayuda de la Policía, Bomberos y la comunidad logramos que los daños no fueran mayores. Los gastos están alrededor de los $ 250 millones.
Al padre Fabián Staper le ha sobrado tiempo para ser periodista deportivo por lo que lo consideran El Capellán del Deporte. Entre los programas que ha manejado destacan Deporte con Sotana y El Confesionario. Estuvo al frente de la Acord Seccional Norte de Santander. En el repaso de las figuras con las que ha compartido sobresalen Katherine Ibarguen, Efraín Sánchez, Mariana Pajón, Nairo Quintana, Jorge Luis Pinto, Jorge Luis Bernal y Pedro Sarmiento.
Es padrino de Jesús Romero y Josimar Calvo, y compadre de Daniel Gómez, ex arquero del Cúcuta Deportivo.
¿Qué beneficios le ha dado el carné Acord?
- Quiero mucho el carné, porque me ha permitido estar junto a los papas Benedicto XVI, en Castel Gandolfo, y luego con Francisco, en el templo de San Ignacio de Loyola.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
