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CÚCUTA.- Antes de que sonaran las 12 campanadas que despedían el 1994 y le daban la bienvenida a 1995, un hecho arruinó el acostumbrado abrazo de fin de año de la familia Sanguino Salazar. Hombres armados ingresaron a la finca, en la zona rural de Cúcuta, los amedrentaron y le dijeron al padre que la casa sería de ellos ‘como fuera’.
Las 12 uvas tradicionales, el pan sobre la mesa y la cena de Año Nuevo no pudieron ser consumidos. Ramón Donato Sanguino y Lucy Esther Salazar persignaron a los hijos, les calmaron el miedo y los bendijeron. Esa dulzura familiar contrastaría con los amargos momentos que los harían vivir miembros del Eln que delinquían en inmediaciones del corregimiento San Faustino (Cúcuta).
Las penumbras no ensombrecen los ojos verdes, brillantes y esplendorosos de Yurley Sanguino Salazar, la hija menor de la familia. En la memoria viven los recuerdos de los constantes acechos que vivieron en la vereda Paso de Los Ríos. Ahí, se teje la historia que les partió la vida en dos. Los sabores amargos y las lágrimas que caracterizaron a esa época, endulzan hoy la miel que producen en la finca, a la que lograron volver por medio de la restitución de tierras.
En 1995, la violencia en Colombia estaba a tope, el orden público en Norte de Santander estaba desbordado y para este hogar todo era incertidumbre. La injusticia martillaba la mente de Ramón Donato, quien por 9 años resistió los embates de la violencia, del despojo, del destierro y de los banderazos que le hacía la muerte, la cual le había cobrado la vida de su hermano. Mientras el tiempo pasaba, los pocos ahorros y los trabajos esporádicos que le salían, no eran suficientes para mantener a la familia.
El 26 de septiembre del 2022, y después de un largo proceso jurídico acompañado por la Unidad de Restitución de Tierras, un Juez Especializado en Restitución de Tierras de la República, profirió sentencia a favor de la familia Sanguino Salazar. Reconoció la calidad de víctima, y el Estado decidió reparar de manera integral restituyéndole su tierra, con todas las garantías jurídicas. ¡Era hora de volver!
Las medidas complementarias de la sentencia de restitución de tierras incluían la formación técnica y tecnológica de la familia en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), en donde Ilder estudió Apicultura, que consiste en la crianza y cuidado de las abejas, de las que obtienen la miel y sus derivados.
Lograron poner 46 colmenas, de las que sacan miel que comercializan en Cúcuta y municipios cercanos. Ramón Donato tiene 70 años, Lucy Esther 69, Ilder 49 y Yurley 44. Sacan al año 1200 litros de miel.
