Contraluz.CO Sólo Periodismo
Artículos relacionados
BOGOTÁ. Si está buscando qué estudiar, lo primero que debe tener en cuenta es que su decisión final ante todo debe ser informada. Este es un proceso que puede generar confusión y frustración, sobre todo entre los jóvenes.
“Una toma de decisión poco informada sobre la carrera profesional no solo se refleja en cambios muy probables del programa de pregrado, también puede terminar en la deserción universitaria, fenómeno mediante el cual los estudiantes abandonan sus estudios de manera voluntaria o forzada sin comunicar la razón”, dijo Nataly Contreras Montaño, psicóloga de admisiones de la Fundación Universitaria San Martín.
Es clave que el estudiante tenga en cuenta su perfil vocacional en el momento de elegir aquello a lo que planea dedicarse toda la vida y basándose en sus gustos y habilidades. Las variables que intervienen en el perfil vocacional son múltiples. Abarcan desde los tipos de inteligencia que diferencian al aspirante, hasta antecedentes académicos, intereses personales, expectativas académicas y laborales, contexto socio cultural y afectivo, y proyecto de vida.
Existen diversas teorías que hacen referencia a los tipos de inteligencia, los cuales tienen en cuenta ciertas destrezas cognitivas que se despliegan o facilitan una profesión.
1.- Inteligencia de orden emocional. Facilita el Derecho, Psicología y Administración de Empresas.
2.- Inteligencia lingüística. Propia de los comunicadores sociales, Humanidades y Ciencia Política.
3.- Inteligencia lógico matemática. Fundamental en las ciencias exactas e Ingenierías
4.- Inteligencia interpersonal. Clave en la Psicología y carreras que impliquen trabajo social
5.- Inteligencia intrapersonal. Ayuda al estudio de la Sociología, la Medicina y el Derecho.
6.- Inteligencia musical. Está orientada a Ingeniería de Sonido y Danza.
7.- Inteligencia naturista. Biología y la Química.
Para determinar un rango de edad propicio para discutir el tema de orientación vocacional es necesario evaluar las capacidades cognitivas propias del desarrollo evolutivo del adolescente. En este caso, Contreras sugiere hablar de orientación vocacional en edades entre los 15 y 16 años, considerando que el adolescente en estos estadios tiene un constructor de personalidad más desarrollada y determinada, y esto lo hace consecuente con sus decisiones.
En Colombia no existe una entidad particular que se encargue del tema de orientación vocacional. “El protocolo de orientación en el ámbito educativo se maneja desde el departamento de orientación de cada uno de los colegios del país, se desarrolla desde el grado décimo y once y se busca que en estos espacios formativos los estudiantes puedan reconocer habilidades, destrezas y aptitudes que faciliten la escogencia vocacional”, explicó Contreras.
Los futuros universitarios pueden apoyarse en otros recursos, como las pruebas psicométricas, diseñadas para medir y evaluar la psiquis, cuantificando los resultados mediante valores numéricos.
Contreras advirtió que puede ser una tarea compleja, porque depende de la disponibilidad, tiempo y recursos de cada institución, y del acceso a un banco de pruebas.
Las carreras de Ingeniería, Arquitectura y Ciencias de la Salud (sobre todo Medicina) presentan la tasa de deserción más alta, frente a otros programas, lo que corresponde a la alta exigencia académica y demanda vocacional.
Contreras concluye afirmando que a pesar de que en el país la presión económica ha influido en la deserción universitaria, especialmente a raíz de la pandemia, en la actualidad existe un número significativo de becas, programas y medios que funcionan como facilitadores para satisfacer el deseo vocacional.
