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Los obispos católicos de Colombia, ante la realidad que viene causando la pandemia del coronavirus (Covid-19) en nuestro país:
- Invitamos a los colombianos a la confianza en Dios, que ilumina nuestra existencia y que, en momentos difíciles como los que afrontamos, nos llama a crecer en el amor y en el servicio a los demás. De manera particular, pedimos a todos orar mucho en este tiempo, pues como dice el salmista: “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo libra de sus angustias” (Sal 33,7).
- Exhortamos a todos a recibir y a acatar con buena voluntad y con verdadero compromiso las determinaciones tomadas en este momento por las autoridades civiles. Esto implica una responsabilidad moral, que debemos asumir con prontitud y seriedad para proteger la propia vida y la vida de los demás.
- Reconocemos el trabajo y la dedicación del Presidente de la República y de su gabinete, de los gobernadores y alcaldes, de los miembros de las fuerzas militares y de policía, así como de los servidores públicos. Pedimos la unidad del país en torno a las autoridades que hemos elegido, las cuales deben contar con el respaldo de todos los ciudadanos; no hay cabida en este momento para polarizaciones y divisiones por cuenta de intereses ideológicos o particulares.
- Agradecemos el servicio generoso y valiente de los médicos y de todo el personal vinculado a las entidades sanitarias. Agradecemos a quienes, con su trabajo, en otros frentes sociales, siguen ofreciendo los servicios que todos necesitamos en esta contingencia. Para todos pedimos la sabiduría, la fortaleza y la protección de Dios.
- Expresamos gratitud a los comunicadores sociales y a las demás personas que los acompañan, y que están llevando a cabo con seriedad una valiosa tarea formativa e informativa.
- Agradecemos el apoyo que están brindando a la Iglesia católica para llevar hasta los hogares, a través de los medios de comunicación, el mensaje del Evangelio y las celebraciones litúrgicas.
- Destacamos las iniciativas desplegadas por empresas, organizaciones civiles y eclesiales, voluntariados, bancos de alimentos, parroquias y personas individuales para ayudar a entidades de salud y a personas especialmente necesitadas. Y hacemos un llamado urgente a la solidaridad con los enfermos, los que están solos y olvidados, los más pobres y vulnerables. No nos dejemos llevar de la indiferencia; todos, inclusive desde las limitaciones que experimentamos, podemos hacer algo por los que tienen más carencias. Es necesario aprender las lecciones de esta emergencia, entre ellas la fraternidad como camino indispensable para superar las adversidades.
- Invitamos a ver en estas circunstancias una ocasión propicia para reencontrarnos con el don incomparable de la familia, como espacio fundamental de nuestra vida y de la sociedad, en el que crecemos en el amor y la unidad, nos acompañamos unos a otros, cultivamos valores esenciales y nos ayudamos mutuamente a vivir la fe en Dios.
- Pedimos a todas las organizaciones armadas ilegales que, con sentido humanitario, cesen todos los atentados, las acciones violentas y las extorsiones en esta hora de prueba y de grandes sufrimientos para el pueblo colombiano.
Llamamiento a los fieles católicos
- Invitamos a vivir la Semana Santa desde los lugares y sitios donde cada uno se encuentre. Las celebraciones pascuales no se suspenden; los obispos y sacerdotes presidiremos las ceremonias litúrgicas aún sin participación física de los feligreses, quienes se podrán unir a ellas espiritualmente de diversos modos, por la oración y el ofrecimiento de sus obras, por las celebraciones de la palabra en familia y por el seguimiento de las transmisiones a través de los medios de comunicación. Todas las diócesis están aportando ayudas con este propósito.
- Alentamos a los sacerdotes para que, con profundo celo pastoral, continúen acompañando a sus comunidades, respetando siempre las disposiciones de la Iglesia y de las autoridades civiles. Los invitamos especialmente a dedicar momentos prolongados a la oración delante del Santísimo, recordando aquellas palabras de la Liturgia de las Horas que describen al verdadero pastor: “Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo”. Pidamos por los sacerdotes que están enfermos y por los que han fallecido a causa de esta pandemia.
- Convocamos a los católicos para que, siguiendo con fe el itinerario que nos lleva a la Pascua, intensifiquemos la práctica de la oración, la penitencia y la caridad, pidiendo al Señor que nos dé su gracia para vivir este momento con fortaleza espiritual, de modo que, juntos, podamos experimentar la alegría y la vida nueva que nos da Cristo resucitado.
- Pedimos a todos oración permanente por los que están en riesgo, los que han contraído el Covid-19, los que están gravemente enfermos y los que han fallecido. De un modo particular, pedimos que en los monasterios se intensifique la oración para implorar la misericordia y la protección divinas.
Los obispos católicos de Colombia, con plena confianza en el amor de Dios que nos permite superar toda adversidad, compartimos y acompañamos los sufrimientos del pueblo colombiano en este tiempo de prueba y de esperanza, y lo ponemos bajo la protección de la Santísima Virgen María. Acudamos a ella frecuentemente con la oración del Rosario.
Original firmado
Óscar Urbina Ortega
Arzobispo de Villavicencio
Presidente de la Conferencia Episcopal
Ricardo Tobón Restrepo
Arzobispo de Medellín
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal
