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Bochalema está a solo 43 kilómetros de Cúcuta y para llegar se debe transitar por la vía que de la capital del departamento comunica con Pamplona. En el kilómetro 40 encontraremos una variante a la derecha, de 3 kilómetros, pavimentada y bien demarcada.
En este municipio, tierra natal del maestro José Rozo Contreras, compositor de la música del himno de Norte de Santander, hay paisajes de gran belleza, deportes de aventura, verdes cultivos, lagunas, cascadas y mucha diversión.
Además del legado indígena, Bochalema tiene fama de ser tierra inmensamente rica para el cultivo de productos agrícolas, frutas y hermosas flores.
Recibió la influencia de la religión católica y de allí se deriva la advocación al Sagrado Corazón de Jesús, en el templo parroquial, segundo en el mundo y primero en el país, y a la Virgen de la Cueva Santa, la patrona. Ambas iglesias están alrededor del parque principal. Con todo el respeto, les sugiero que comiencen la visita por estos dos lugares.
En el parque principal está el árbol considerado patrimonio natural de los nortesantandereanos, el Samán de Bochalema, traído de Táriba (Venezuela) y plantado hace más de 100 años. Este es el principal ícono del pueblo.
Recibir la sombra de ese árbol, sentarse o recostarse y observar el firmamento, son algunos de los placeres que podrán disfrutar si desean reencontrarse con la naturaleza.
Muchos visitan a Bochalema para disfrutar de las aguas termales y azufradas, además de ser las más famosas del departamento, o para refrescarse en las frías y deliciosas aguas de La Chiracoca, el más tradicional balneario de la cabecera municipal, pero hay muchos más.
Otros sitios por visitar son el monumento a Cristo Rey, la Loma de la Cruz, la Piedra de la Pata del Diablo, el sendero ecológico de Aguablanca y la laguna Capote.
También, les recomiendo que saquen unos minuticos y visiten el convento de Las Clarisas. Era la comunidad que estaba en Gramalote, pero que debido a la tragedia debieron buscar refugio y Bochalema las recibió. Construyeron un hermoso convento, donde oran por las necesidades de la humanidad. ¡Háganme caso, visítenlas!
La belleza natural es digna de admirar, mientras que la gente se caracterizan por recibir al visitante con los brazos abiertos, dispuestos a hacerles pasar gratos momentos familiares.
MABEL ROCÍO LOZANO
