Al iniciar la rutina diaria Alirio Parra Rivera se sitúa frente al espejo, se enjuaga el rostro y como es costumbre se pone los gruesos lentes. Es padre responsable y amoroso de dos niñas, según Leonor Mendoza, su esposa. En el comedor lo espera el desayuno preferido, compuesto por huevos pericos, arepa y chocolate.
Sale de casa con una enorme sonrisa y se carga al hombro el maletín negro, en el que guarda el material de trabajo, la cámara fotográfica con la que captura en segundos las mejores imágenes del Cúcuta Deportivo.
Aunque en la mirada, igual que en los arcos de fútbol, hay una barrera, se nota el brillo de los ojos color café. Las cejas negras pobladas hacen contraste con las canas que recuerdan el paso de los años. La nariz grande sostiene las gafas pesadas. El bigote está acorde con la personalidad y unas cuantas arrugas en el rostro reflejan la experiencia y las vivencias en el recorrido de la carrera.
Un domingo soleado, Eustorgio Colmenares Baptista, director de La Opinión, lo invitó al tradicional paseo de comienzos de año. El día pintaba bien y Parra asistió a la reunión. Entre palabras y chanzas lo llamó ‘Vitamina’ por la habilidad de trabajar mañana, tarde y parte de la noche. Y así se quedó para los amigos.
La pasión por el fútbol le ha permitido ser hincha fiel del Cúcuta Deportivo, hace 50 años. Como reportero gráfico captura las fotografías del equipo en cada partido, en el estadio General Santander, el segundo hogar donde no solo atrapa imágenes, sino que sufre y grita con cada derrota o triunfo.
Hace 38 años está metido en los medios escritos y ha mostrado dedicación y desempeño en el trabajo. ‘Ciego’ es el segundo remoquete entre los conocidos. En la ciudad se ha ganado el aprecio de los cucuteños por la simpatía y el carisma que irradia cada día.
La familia es lo más importante y mantenerla unida es la mejor satisfacción. Cree que la constancia y la responsabilidad son los pilares para sostener el núcleo familiar. La buena cara a las dificultades es la pieza perfecta para satisfacer y cumplir lo propuesto. Vive feliz en el matrimonio, en el que la base principal es la confianza. “El mejor amigo es Dios, el único que está cundo estoy jodido”.
La peor experiencia la vivió hace unos años en Barrancabermeja (Santander). El Cúcuta Deportivo enfrentaba a Alianza Petrolera y se desplazó para cumplir con el trabajo como fotógrafo. En esa época laboraba para el Diario la Frontera. Entre las imágenes del estadio y de la tribuna tomó la de un comandante paramilitar, uno de los más buscados en el país. Inmediatamente, comenzaron a localizarlo y no le quedó más opción que esconderse. Se camufló entre siete buses para “no llegar a Cúcuta con piyama de madera”.
Los medios de comunicación no le dan sostenimiento económico, pero le ofrecen lo que no da ningún empleo, amistad. El placer que en cualquier lugar lo saluden y lo dejen pasar en las actividades es la mayor satisfacción de ‘Vitamina’.
Los 1,65 metros de estatura, piel trigueña y las carcajadas caracterizan a este reportero gráfico cucuteño, soñador y perseverante, que con la mirada trasmite seguridad y capacidad para contagiar de buena energía.
A la hora de vestir la moda no lo atrae y prefiere ser sencillo y sutil. Pantalones de dril, correíta café, franela y zapatos, no lleva más vestimenta. En el brazo derecho utiliza pulseras del once motilón.
Diestro para la escritura. Le gustan la poesía y la música. Prefiere lo natural, lo práctico. Es querido y agradecido, cualidades que se perciben en los ambientes familiar, social y laboral en los que se desenvuelve.
La amabilidad, el gusto por lo que hace y la constancia en el trabajo le han permitido conseguir el reconocimiento de los amigos. Dar lo mejor en cada aspecto, mostrar buen humor y dar consejos basados en la experiencia son otras facetas de este hincha de corazón que no trabaja, solo juega con la cámara para capturar los mejores momentos para darles alegría a los espectadores.
BANITY VERA RODRIGUEZ
Estudiante de Comunicación Social
Universidad de Pamplona
Campus de Villa del Rosario