CÚCUTA.- Cada año la comunidad indígena inga, proveniente del Putumayo y residente en Cúcuta, se reúne para elegir a sus gobernantes. Hace ocho años María Quinchoa asumió la Gobernación y dentro de pocos días será relevada por Salvador Tisoy. Solo están a la espera de la cita con el alcalde Donamaris Ramírez para llevar a cabo la ceremonia.
En el tiempo trascurrido desde que asumió la representación de los 284 miembros cumplió con el deber de dirigir a los indígenas. “Por mí, los adultos mayores y las madres cabezas de hogar reciben subsidios del Gobierno”. Aunque la queja está por los lados de la insuficiente ayuda oficial a la que tienen acceso. “Necesitamos una sede y algún terreno para plantar maticas”. La esperanza es que el Alcalde y el gobernador (Edgar Díaz) nos colaboren”, porque no tienen un lugar para hacer reuniones de la comunidad.
“Estamos amañados en Cúcuta. Los hijos no quieren regresar a Putumayo y estudian en Cúcuta”, dijo la gobernadora Quinchoa, que no se siente cansada de estar al frente de los suyos. “No es que esté renunciando. Lo que pasa es que no hay recursos, ni ayuda”.
Llegaron a la capital de Norte de Santander porque por allá de donde provienen llegó gente que los obligó a salir. La comunidad se dispersó en diferentes puntos de la geografía nacional. “Somos desplazados”. La violencia los sacó de la tierra a la que pertenecen y la guerra los envió a diferentes partes de Colombia. En Cúcuta viven de la artesanía y del comercio.
Se vinieron en busca de familiares que partieron primero y “nos amañamos”. Los jóvenes estudian por la mañana y por la tarde. El contacto con los blancos los ha llevado a perder ciertas tradiciones. Los muchachos “no quieren hablar inga. Estudian con blancos y se amañan con el español”.
Una preocupación es cómo recuperar la vestimenta y el baile perdidos entre el pavimento de la ciudad. El cabildo es una minoría y está repartido en los barrios La Libertad, Bogotá y Tucunaré, entre otros.
Entre los problemas que los acosan, aunque los califican de “pequeñitos”, está la muerte violenta de varios miembros de la comunidad. La situación de violencia ha ocasionado las muertes en la comunidad producidas por las autodefensas y la guerrilla.
“Nos confunden. Los indígenas somos callados y nos acaban. Las víctimas eran mayores de edad, más que todo hombres”, dijo Alejo Jajoy. Han buscado ayuda en los gobiernos municipal y departamental, pero no han tenido respuesta a las quejas.
Fotos: MARCO SÚA