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CÚCUTA.- Es un gran honor y una gran responsabilidad poder expresar, a través de unas cuantas palabras, los sentimientos de toda una promoción al ver concluida una etapa inolvidable para todas, llena de un sinfín de vivencias y emociones, que aún las palabras más bellas serían insuficientes para expresarlas.
Para ninguna de nosotras este camino fue fácil. En el trascurso pasamos desilusiones, tristezas, decepciones. Sacrificamos salidas, e incluso, muchas veces amigas y familia. Muchas veces quisimos tirar la toalla y rendirnos. Pero superamos todo esto con el apoyo de nuestras familias, compañeras, amigas y, sobre todo, nuestros maestros, porque de las adversidades solo queda aprender de ellas y seguir adelante. En palabras de Mario Benedetti, “la gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario”.
Así como hubo momento malos, fueron más los momentos de plenitud. Conocimos personas que con el tiempo llamamos compañeras para luego llamarlas amigas. Personas que marcaron nuestra vida y que, seguro, nosotras marcamos la de ellas. De cada una de ustedes hemos aprendido algo, pues cada persona es diferente. Risas, alegría, compañerismo, amistad, espontaneidad y valores, es lo que caracteriza a esta promoción.
Siempre que estés perdido, alza la cabeza y encontrarás una estrella, ella te guiará a tu destino, y fue todo un placer encontrar no solo una estrella sino un firmamento completo que nos guió cuando estábamos perdidas y desorientadas. Gracias, maestras y hermanas, porque sin ustedes sencillamente no estaríamos aquí.
Esas tareas que prolongaban muchas veces nuestro sueño, exposiciones que hacían temblar todo nuestro ser, aquellos exámenes de miedo y esos regaños consecutivos fueron los que en realidad nos hicieron crecer, poner los pies en la tierra y pensar en que queremos. Esos consejos, esos buenos días que, sin duda, recordaremos siempre, toda esa sabiduría que generosamente nos compartieron para que en un futuro nosotras también podamos compartirla, ya sea como maestras o como madres, no tienen precio, porque para nosotras siempre serán maestros, pero ustedes se ganaron el título de amigos.
No puedo dejar de lado a la familia de cada una de nosotras. Sin duda ellos forman parte de nuestros éxitos, pues siempre están con nosotras en las buenas y en las malas. Si algo tenemos seguro en la vida es nuestra familia, que siempre estará ahí, nunca nos abandonará.
Hoy, acaba, quizás, la mejor etapa de nuestra vida, en la que conocimos la verdadera amistad, sincera y desinteresada; en la que disfrutamos con nuestras amigas desde el primero hasta el último día; en la que con errores y regaños maduramos y crecimos como personas; en la que conocimos los valores más hermosos, el amor a María y la búsqueda de la santidad siempre. Gracias mil, mil gracias, a la Escuela Superior María Auxiliadora.
Cada una tomará caminos distintos y a pesar de que es triste reconocerlo sabemos que es parte de la vida. Estoy segura de en un futuro no lejano volveremos a vernos y hablaremos de nuestros triunfos y sueños cumplidos.
Me voy con la satisfacción de haber conocido personas maravillosas, de haber encontrado amigas para toda la vida, de haber disfrutado el colegio de principio a fin y con el orgullo inmenso de haber hecho parte de esta promoción tan unida, que solo irradiaba felicidad en todo momento. Para mí, siempre la promoción 2013 será “la mejor promoción de la historia”.
Compañeras, solo me queda decirles ¡lo hicimos! Promoción 2013, muchas gracias por este año tan espectacular. No las olvidaré nunca.
ALUMNA DE LA NORMAL SUPERIOR MARÍA AUXILIADORA
