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CÚCUTA.- La paz es posible en Colombia. Los grupos terroristas se dieron cuenta de que el camino que siguieron en 60 años no es el correcto, porque han dejado muertos y sangre. Hace años tuvieron algún poder, pero con sus actos arbitrarios y demenciales se encargaron de acabar con la admiración que les tenían los ciudadanos. Ahora, tratan de buscar una salida política, porque a punta de actividades terroristas es imposible.
La reflexión corresponde al comandante de la Policía en Norte de Santander, coronel Eliécer Camacho. El oficial hizo un repaso de las vivencias de 10 meses en el departamento y al frente de 1700 hombres con los que cuida y protege a los habitantes de los 40 municipios.
Está seguro de que los guerrilleros, en este momento, están concentrados en ciertas regiones y no en todo el país como hace 20 años. “Están arrinconados en ciertos sitios. Son tipos sin intelecto, lo que tienen es corazón de asesinos. Pienso que sí habrá paz en el país. Tenemos que abrir nuestro corazón para que haya paz. El interés (de la guerrilla) es más político que por hacer el bien. Creo que están ahogados”.
Entre los problemas que ha afrontado en esta zona del país, el coronel Camacho reconoció el secuestro. En días pasados, en Chinácota, un hombre y tres mujeres fueron víctimas de plagio. Ese es el último caso del que se tiene conocimiento. “Los ciudadanos deben ayudarnos con la autoprotección, porque es difícil cubrirlo todo. La cercanía con la frontera favorece a los delincuentes. A veces, si van a traficar se esconden al otro lado. Esconden al secuestrado allá (Venezuela) y vienen a negociarlo acá”.
Por respeto a las normas venezolanas no se meten en tierra vecina. Llaman a las autoridades, les piden colaboración y reciben apoyo. “Ellos tienen problemas de convivencia más graves. En el día a día el ciudadano está sufriendo con el hurto, el robo, el sicariato. Colaboran hasta donde pueden”.
En este tiempo ha afrontado situaciones especiales de orden público y ha contado con apoyo de los gobiernos departamental y municipales para combatir a los grupos que actúan al margen de la ley.
El trabajo ejecutado no solo lo resume con capturas e incautación de droga y de elementos utilizados para desestabilizar la tranquilidad en los cascos urbanos. El recorrer el departamento en cumplimiento del deber lo lleva a expresar que esta es una tierra productiva y calmada.
Una recomendación que surge de la experiencia: hacer más trabajo social con las comunidades y aprovechar los proyectos que el Gobierno tiene para las comunidades campesinas.
¿Cómo le ha ido en esta tarea de cuidar a los nortesantandereanos?
Tenemos situaciones especiales de orden público que no se pueden desconocer. Hay actividades de los grupos terroristas que han sido de connotación nacional y departamental. Se puede resaltar la buena labor de parte del gobierno departamental y de la mayoría de los alcaldes que apoyan a la fuerza pública.
¿Cómo combatir el tráfico de combustible?
Una parte entra de manera ilegal y es una palanca para que entre más. Eso entra a El Catatumbo para la producción de cocaína. Pocas personas de manera informal viven de eso. Pero si vamos a ver la mayoría va para la fabricación ilegal de droga. Muchas veces se evitan los procedimientos no por falta de capacidad sino para evitar mayores problemas. Los gobiernos nacional y departamental son los que deben tomar las medidas necesarias y establecer la cantidad que necesita el departamento. Reconozco que hay mucha gente que vive de eso y como trae cosas buenas también trae malas.
¿De esto qué le corresponde al campesino?
Los campesinos no se quedan con las ganancias del negocio de la droga, sino con lo poco que les paguen los propiciadores de los cultivos. El campesino vive en la pobreza, la cocaína no le da para vivir con comodidades. Por el contrario, los afecta en la salud y en lo económico. No se ve el progreso para los hijos.
¿Qué percepción tiene de los grupos guerrilleros?
Los terroristas siempre han peleado que por el pueblo, siempre han alegado que defienden al pueblo. Han tenido la oportunidad de cambiar, porque tienen mucha gente que los sigue, porque los admiran o por los miedos, tienen un poder sobre ciertas comunidades y deberían mirar cómo cambian. Lo único que siembran es terror, miedo, muerte, y no hay una escuela que se diga la hizo las Farc.
¿Cuál es la situación de orden público?
No podemos desconocer que hay situaciones especiales de terrorismo. Los actos no demuestran que esos individuos tengan fuerza. No. Es saber ubicar en un momento dado un explosivo y asesinar a una persona. No tiene mayor esfuerzo, pero causa impresión. Hemos desactivado 19 artefactos explosivos este año, se han capturado más de 70 personas dedicadas al terrorismo, se han incautado más de dos toneladas de droga, se han detenido 30 miembros de bandas criminales. Se han decomisado granadas y explosivos.
¿Qué es el programa ‘Corazón Verde’?
Es liderado por Presidencia de la República. Tiene un componente social, en el que están los programas de la institución. Las 16 estrategias tienen una secuencia para ser aplicadas. Trabajan la Sijin, la Cipol, la Policía de Vigilancia, el Gaula y la dirección de Carabineros. Todos tienen responsabilidades y compromisos.
Está la corresponsabilidad de las autoridades de la fuerza pública, gobiernos departamental y municipales, la Fiscalía y otras instituciones que pueden ayudar a sacar adelante las soluciones a los problemas. La gente nos está acompañando, se deja explicar qué es el programa. Estamos en la primera fase de socialización.
En el departamento hay asignados 1700 agentes, que por vacaciones, permisos e incapacidades quedan 1100 activos.
(*) Entrevista publicada en la edición 9 del periódico El Faro.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
