Iniciemos exaltando a alguien particular, San José, surge en el momento que es escogido entre todos los hombres y elegido por Dios para una misión de la más alta responsabilidad en la historia humana: el privilegio de ser Padre adoptivo o tutor del misterio de Jesucristo, esposo de la Stma. Virgen María y custodio de la Sagrada Familia; cumplió perfectamente los tres encargos. Si nos proyectamos donde vivió esta familia; en aquel taller de carpintero, ¿qué modelo de padre, vemos? Seguramente a alguien con un grado máximo de bondad que supera a lo común.
Usted, ¿Qué clase de persona contrata para cuidar su hijo? La historia muestra que probablemente no buscaría un hombre, esos son los prejuicios que la sociedad ha impuesto, y acá, ellos nos podrían demandar por discriminación de género. En un contexto tan cambiante como en el que actualmente vivimos, la figura del padre se da como una solución a los problemas familiares, es así como el papel del padre se volvió, por decir de alguna manera, más “maternal”, las tareas cotidianas se han empezado a compartir. Sandra Ferketich, miembro de la Academia Americana sobre el cuidado médico, descubrió que la tendencia a criar se encuentra tanto en varones como en mujeres , ambos son capaces de interpretar las señales de sus hijos, los padres; por lo tanto, deben ser vistos en el contexto más amplio de la familia, de ahí que, su presencia es fundamental; psicólogos, psiquiatras y educadores han manifestado persistentemente que el buen desarrollo del niño está determinado en un nivel importante por el compromiso del padre en la crianza; lejos de disminuir su figura, hoy en día el padre se engrandece con estas nuevas atribuciones que hasta hace unos años era solo de las mamás, ahora, el niño necesita patrones de comportamientos diferentes que ayuden a formar la responsabilidad con que se ejercen ambos roles.
Por otro lado, encontramos a Ann Landers, en su poema: Mi padre, cuando yo tenía….
4 años: Mi papá puede hacer de todo…
50 años: Daría cualquier cosa porque papá estuviera aquí para poder hablar cualquier cosa con él.
La autora, a través de su columna periodística, nos invita a reflexionar sobre la paternidad, considera los problemas como algo inevitable de la supervivencia y nos lleva justamente a interrogarnos, buscándole dar sentido a la vida, invitándonos a recorrer la función del padre que se va construyendo a lo largo de la vida y se ve influida por diferentes aspectos. Pero, entre tantos escritos y teorías educacionales, cada padre intenta sacar adelante su quehacer de la mejor forma posible. Incluso, encontramos distintos estilos de asumir la paternidad. A pesar de todo, habrán ocasiones en que dirán que los padres cuando se relacionan mucho con los hijos los vuelven suaves, pero, en este momento ¿quién no se ha quejado alguna vez de lo mimados que son los hijos? Sin importar que diga el mundo, él seguirá apretando su mano en señal de amistad. Apreciemos con bravura como el padre se involucra en la existencia de sus hijos y goza cada peldaño de su desarrollo con profunda animación. Otra postura son los padres “silenciosos”, incapaces de expresar afecto, negando a su hijo el deseo de ser amados por su padre porque vivieron en un ambiente de autoridad absoluta. Del mismo modo, en el absentismo, encontramos huérfanos con padres vivos, nunca aprenderán a ser padres si no están con sus hijos compartiendo de sus más mínimos detalles; las naturales manifestaciones de cariño y hasta entonces no sabrá con plenitud lo que es ser padre.
Aún así, hallamos padres de las generaciones recientes que se esmeran por asumir su rol a cabalidad, para formar personas autónomas, libres, responsables ; actúan como mejor se los dicte su criterio, además, ponen a funcionar su sistema límbico estimulando con satisfacción y dicha su estructura llegando a la felicidad plena. Por tanto, han logrado desalojar el prejuicio de sus baluartes tradicionales y realizan íntegramente su trabajo. Sin embargo, lo importante, es preguntarse, ¿estoy consciente de mi paternidad? , ¿qué es ser un padre comprometido?. Cuando responda a estas preguntas sabrá que su tarea es ayudar a volar alto entregando bases sólidas significativas en la vida del niño y usted papá hará la diferencia.
Y los padres ausentes, quienes ya culminaron su vida con nosotros, nunca mueren; simplemente se marchan dejando huellas profundas en nuestro diario caminar, nuestro corazón nunca olvida, incluso sentimos su bendición, de ellos aprendimos cantidad de cosas diferentes y saberes; otros, un tanto distantes por el papel severo, mostrando su carácter duro para que no lo juzguen débil, siendo una fachada que también forma parte de la vida pero debajo hay un corazón enorme y a la vez bonachón, igualmente cumplieron su labor. De ahí que, a ellos no los juzguemos; disfrutemos el recuerdo emotivo que muchas veces sin manifestar con su risa introvertida nos hizo felices y bienaventurados.
Finalmente, quiera Dios que los padres sigan siendo modelo de vida interior y de paternidad, cumpliendo su misión con la familia y la sociedad. La moderna asignación de la sociedad nos da un día para festejarlo, sin embargo, es una ironía pues se merece toda la vida. Te queremos, nos premia tenerte con nosotros.
¡Por eso papá : FELIZ DÍA ¡ estés donde estés.
Luz Esperanza Gutiérrez M. legum21@gmail.com