CÚCUTA.- La Catedral de San José, en Cúcuta, es una joya arquitectónica, en la que predomina el estilo romántico puro. El frente luce enchapado en piedra. Obra adelantada por monseñor Pedro Rubiano Sáenz, en 1975, al conmemorarse el centenario del terremoto.
Al tempo puede entrarse por tres portalones de madera. Adentro, en las enormes columnas hay tres tallas.
– La primera, describe el acto protocolario de la fundación de la ciudad; la destrucción por el terremoto (18 de mayo de 1875), y la reconstrucción por ley de la Asamblea del Estado Soberano de Santander.
– La segunda, muestra la creación de la parroquia (13 de noviembre de 1734) por el arzobispo de Santa Fe de Bogotá, monseñor Antonio Claudio Álvarez Quiñones, y la Bula del papa Pío XII (29 de mayo de 1956) que le da categoría de Catedral de la Diócesis de San José.
– La tercera, rinde homenaje a la ciudad, declarada por el rey Carlos IV (en 1972) como ‘Muy noble y leal villa de San José de Guasimales’, y elevada a la condición de capital de Norte de Santander por la Asamblea Constituyente (24 de julio de 1910).
En los costados había dos pinturas que fueron robadas. Una, hacía referencia al bautismo de Jesús, y la otra, al terremoto, en la que sobresalía de entre las ruinas el reloj que marcó la hora del fatídico momento, y a San José y la Virgen con el niño salvados del movimiento telúrico.
Al dirigir la mirada hacia la cúpula central puede se observan el altar, el presbiterio, la mesa de celebración, las sedes episcopal y presbiteral, el púlpito, imágenes de los apóstoles Pedro y Pablo, la baranda y la pila bautismal.
A la izquierda, está el Santísimo Sacramento, hecho con el valor y la majestuosidad que contiene el mármol italiano de Carrara. Predominan los vitrales españoles cuadrilongos y rosetones. El frontal es el signo del Espíritu Santo; a la diestra, el Sagrado Corazón de María; a la siniestra, el Corazón de Jesús, y sobre el antiguo coro, el de San José.
Bajo el fresco de la cúpula están los símbolos de arcángeles, querubines, serafines, tronos y potestades angelicales. Sobre el bautisterio, los profetas mayores Elías, Daniel, Ezequiel y Jeremías.
La nave derecha, consagrada a la Virgen María, tiene en la parte superior los vitrales que representan las advocaciones más conocidas. En la capilla está la imagen de Nuestra Señora de los dolores, réplica de la de Sevilla (España). Junto al altar, las sepulturas de monseñor Luis Pérez Hernández, primer Obispo de Cúcuta, y de pablo Correa León. A la derecha se observa la cripta para sepultura de sacerdotes, y osarios.
En la nave izquierda, los vitrales con motivos eucarísticos. El Santo sepulcro, de talla española; al frente, en el altar, un adorno en oro con el Santísimo. En medio de la nave y el altar central, el busto de San José y Nuestra Señora de Cúcuta, coronada el 18 de mayo de 1950, al cumplirse el 75 aniversario del terremoto. La imagen quedó intacta entre las ruinas del sismo.
Los restos de personalidades locales están en el panteón de la sacristía, adornado por el cuadro de monseñor Luis Pérez Hernández y el mural viático a Simón Bolívar, obras del maestro Marco León Mariño. En la pared de enfrente están las antiguas puertas de los confesionarios, talladas en madera y representan las parábolas del hijo pródigo y del Buen Pastor.
El salón de la ronda, por la nave izquierda, muestra las imágenes en madera con diversos motivos de la Pasión de Cristo. Sobresalen Jesús ante Pilatos y el descendimiento de la Cruz.
Los vitrales de la nave central refieren a la vida de San José. Los laterales, a la vida de los apóstoles. Del Viacrucis, obra de Santiago Martínez, solo hay cinco pinturas. Jesús condenado a muerte; Jesús encuentra a su madre María; Jesús cae por primera vez; Jesús cae por tercera vez, y Jesús es clavado en la cruz.
Al salir, sobre las paredes interiores que están junto al antiguo coro, pueden apreciarse las obras de Mariño que representan la Muerte de San José y al carpintero con el niño. Al fondo, la panorámica de la ciudad con el tradicional Cerro Tasajero.
PAÚL ERASMO CHARRY ABRIL