Santiago Malano llegó en este torneo al Cúcuta Deportivo como solución ante la falta de delanteros. La escasez de gol es una de las características del once motilón y los aficionados se regocijan con las anotaciones de los defensas y los mediocampistas. Adelante, los que deben cumplir esa función no encuentran el arco contrario y dilapidan las oportunidades que se les ofrecen.
El argentino nació el 29 de enero de 1987, tiene 24 años, mide 1,79 metros y pesa 77 kilogramos. El sábado, en el último partido del cuadro fronterizo convirtió antes del primer minuto de juego. Si hubieran conseguido el triunfo que necesitaban (por más de dos goles) la imagen del jugador habría cambiado sustancialmente.
– De los delanteros soy el que más goles hizo (4). A veces son rachas y hay que tratar de mejorar día a día.
En la temporada no ha contado con suerte y las críticas le llueven por doquier desde las tribunas. Los asiduos asistentes al General Santander han demostrado animadversión para con el jugador y no le perdonan que pierda el balón, que haga una mala entrega, que no sepa parar la bola y que no drible a los contrarios.
En el torneo Clausura de Argentina (2006) jugó para el Racing Club. Estuvo como inicialista en tres partidos, en otros tres entró como sustituto, hizo tres disparos, uno al arco, no convirtió goles, ni hizo pases de gol. Recibió cuatro faltas y cometió tres. En el segundo semestre del 2005, solo ingresó como sustituto cuatro veces.
En los campeonatos 2006-2007, continuó con la camiseta del Racing y los números no mejoraron. Un solo partido como inicialista, cuatro en calidad de sustituto y cero goles marcados.
En el 2007-2008, marcó el primer gol, abrió en dos juegos y estuvo en la banca en cinco. En el 2008-2009, pasó al Atlético Rafaela, de la liga nacional B. Estuvo en 16 partidos como inicialista, en 8 fue sustituto y marcó 5 goles. En el 2009-2010, regresó a Racing y de nuevo se perdió entre los compañeros. Solo comenzó un partido. A comienzos del 2011 llegó a Cúcuta.
– Lo mejor de estar en el Cúcuta es haber conocido una liga nueva y haber clasificado en las instancias importantes.
En la retina de los hombres y las mujeres que tienen por costumbre dominical ir al estadio con la camiseta roja y negra permanecen vivos los recuerdos del panameño Blas Pérez, del boliviano Diego Cabrera, del argentino Matías Urbano y del paraguayo Roberto Gamarra, entre los extranjeros. La legión nacional la componen Jorge Díaz, ‘La Babilla’; Roberto Polo, Mina y los buenos momentos de César Arias.
El apellido del delantero venido del Racing Club no pegó y es objeto de burlas. En las graderías se escuchan constantes chistes para ridiculizarlo, mientras el técnico y paisano Juan Carlos Díaz lo mantiene en el terreno de juego.
– Me estoy sintiendo bien y le estoy rindiendo al equipo. Más allá de que no hayan entrado los goles, estoy aportando mi juego y hago lo que el profe (Juan Carlos Díaz) me pide y está conforme. Así que me quedo con lo que dice el profe.
En el Cúcuta Deportivo inició 10 partidos, salió a la cancha en tres ocasiones como sustituto, marcó tres goles, dio tres asistencias, hizo tres disparos al arco y en la camiseta lleva el siete. Esos son los números que no le sirven de mucho ante la exigencia de la fanaticada que quiere verlo como el goleador que anunciaron cuando los directivos entregaron la noticia de la contratación del refuerzo para el equipo fronterizo.
– Hago mi autocrítica y no me guío por las críticas. Trato de ser equilibrado y sé lo que hago bien y lo que hago mal.
Si el Cúcuta no hubiera perdido 3-1 en casa, si no hubiera regalado tantos puntos en el torneo regular, si los delanteros hubieran marcado más goles, si ‘El Nene’ no se hubiera equivocado tanto en los cambios, si la defensa no hubiera dado ventajas a los adversarios, si los aficionados no hubieran huido de las graderías, si los directivos hubieran contratado mejores jugadores, si Barrionuevo hubiera sido el armador deseado y si hubieran ganado en Ibagué, Santiago Malano habría sacudido esa imagen de villano que arrastra. Por ahora, quedó como un cuasi héroe, porque marcó en el último partido, y casi pasan a semifinales.
– No empezamos como quisimos. Siempre voy a tratar de hacer goles. No puedo comprometerme a nada, así que ojalá que se dé (el gol). Tengo contrato hasta diciembre. Si todo sigue igual voy a seguir.
RAFAEL ANTONIO PABÓN
Fotos: MARIO CAICEDO