Sandra Durán Pineda muestra esa sonrisa característica y buen humor de las mujeres cucuteñas que van camino al éxito. Es la voz femenina de la FM en Cúcuta, tiene 22 años y un mundo interior grande, que la estatura impide ver.
‘Sandrita’, así la llaman los amigos, desde pequeña pertenece al Centro Cristiano Asambleas de Dios y se congrega en la iglesia del barrio La Libertad junto con sus padres. Siempre ha estado vinculada a las actividades eclesiásticas, aunque ahora, por el poco tiempo libre del que dispone, solo sirve como asesora.
– Más que religión es relación – afirmó convencida de sus palabras.
Lleva en el cuello una bufanda roja que contrasta con la blusa azul de tiras, el bluyín roto y los tenis rosados. La vestimenta es reflejo de espontaneidad y alegría. Hablar de su infancia es gracioso. Recordó aquellos días cuando jugaba con las primas a la cocinera y se ríe de las ollitas metálicas que llenaba con tierra, agua y hojas para simular un delicioso sancocho.
La sonrisa se torna nostálgica al hacer memoria de la mascota que la acompañó en la niñez, un pollito. Sí, el pollito con el que pretendía hacer carreras por el pasillo de la vivienda. El mismo que alguna vez soñó que vería convertido en gallo, si no hubiera sido por la muerte que le ocasionó con una inocente pisoteada. Hizo lo imposible por salvarle la vida, pero no lo logró. Le dio el entierro que merecía. Las primas y los padres participaron en el desfile fúnebre, cantaron, lloraron y sepultaron al plumífero difunto en el patio de la casa. Tenía 10 años.
Esta cucuteña enamorada y romántica, de ojos pequeños, se graduó en el colegio Pablo Correa León. La mirada se enternece al decir que el corazón de estudiante lo dejó en el Ebenezer, colegio cristiano donde curso solo un año. Ingresó a la Universidad Francisco de Paula Santander sin saber qué estudiar y aunque reconoce que los números no son su fuerte, quiso intentar con ingeniería de sistemas, carrera en la que permaneció solo un semestre. Perdió las cuatro materias básicas y canceló.
Decidió hacerles caso a los amigos que resaltaban las aptitudes que le veían para la comunicación. A partir de ese momento se dedicó a estudiar comunicación social en la UFPS. Cursa séptimo semestre y mantiene el orden y la responsabilidad que la caracterizaron en secundaria. No solo se dedica a sacar adelante la carrera, también estudia inglés y busca cómo asegurar el futuro.
Llegó a la radio por casualidad. Como miembro activa de la iglesia se encargaba de anunciar los programas en Radio Guaimaral. En la emisora descubrieron el talento que tenía en la voz, la enseñaron a modular y a hacer control.
– Radio Guaimaral fue como mi escuela- puntualizó.
Después de un tiempo, una amiga la llevó a trabajar a la Voz de la Gran Colombia. Hizo remplazos, durante tres meses, en el programa Vive Vital. Luego, retornó a Radio Guaimaral. El día del debut en cabina, frente al micrófono, lo primero que pensó fue en cómo y qué estarían haciendo los oyentes en ese momento. Y eso es lo que le gusta de la radio, la intimidad. Ahora, esos radioescuchas se convirtieron en amigos, en la base que le transmite seguridad cada vez que sale al aire.
Trascurridos los meses, Héctor Aponte la recomendó a Jhonny Gómez, director de La Mega, quien buscaba una voz femenina. Dichosa, aceptó el trabajo, una licencia de tres meses. Hasta ese momento estuvo en RCN Radio. Al parecer, las oportunidades laborales habían parado ahí y se dedicó a la carrera.
El tiempo de Dios es perfecto y de nuevo le llegó la hora a Sandrita Durán de volver a la radio. Jhonny Gómez la llamó, porque había una oportunidad en la FM. Desde que llevó el demo y la hoja de vida no ha salido de la emisora.
– Trabajar con los de la FM es genial. Mi jefe Willy es excelente, y Omar, la cereza que le faltaba al postre – apuntó con una delicada sonrisa.
Su situación sentimental es desconocida. Seguro, hay un guapito que se roba los sueños. Eso es lo que trasmiten sus brillantes ojos. Solo responde que la enamora un amor lógico y con retos. Considera que ha tenido la vida perfecta y la ha disfrutado junto a los grandes tesoros, que son su mamá, su papá, a quien ve como un personaje hermoso, y sus amigos.
Entre los sueños de esta mujer de contextura delgada está crear la primera emisora cristiana para mujeres, una revista y un canal de televisión. Quiere viajar a España y a Washington, y arreglarle a su mamá una lencería por Internet.
Disfruta cada día, cada lugar y cada momento como si fueran los últimos. Admira a su papá y a las madres solteras y considera que el equilibrio de su vida es Dios, el mismo a quien teme defraudar.
CINDY MARCELA DÍAZ
Fotos: Mario Caicedo
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