CÚCUTA.- ¿Qué tienen en común un vestido artesanal, una silueta humana, un poema, un mini ladrillo y una imagen perruna? Al pasar la vista sin detenerse en le contexto, nada. Al escuchar el relato acerca del contenido histórico, mucho.
Uno de los salones de la biblioteca pública Julio Pérez Ferrero recibe la Quinta versión del Salón de la Memoria, que cada año recuerda los horrores del conflicto armado. En el 2023, la exposición se titula Tras las huellas del silencio.
La iniciativa se lleva a cabo en alianza con la Mesa de Memoria de Norte de Santander a la que asisten organizaciones, instituciones y entidades públicas y privadas que sienten la necesidad de no dejar pasar inadvertidos los hechos.
Los productos expuestos son elaborados en talleres organizados a lo largo del año acerca del conflicto armado y la desaparición.
Moiras: Memoria y verdad. Trabajó con las mujeres buscadoras y en vestidos artesanales rinden homenaje a las víctimas. Cada traje tiene estampada la fotografía del desaparecido para no permitir que el tiempo lo borre de la memoria histórica nortesantandereana.
Quinta con Quinta: Expone el poemario, con letras alusivas a lo vivido durante largos años.
Poder Paz. Elaboró 32 siluetas de víctimas, con la información personal y la del grupo que lo desapareció.
Hasta el 2016, se tenían contabilizados 4256 desaparecidos, confirmados. Se guarda la esperanza del regreso a casa para reunirse con familiares y amigos. Esa cantidad está representada en mini ladrillos, con la secuencia numérica. Cada ladrillo contiene una semilla que representa la vida del desaparecido.
Alrededor del salón hay fragmentos del libro Ladrillo de Juan Frío, escrito por Juan Carvajal, complementados con imágenes elaboradas por quienes participaron en el taller sobre víctimas. Los relatos cuentan lo sucedido en Juan Frío.