SAN CRISTÓBAL – Venezuela.- El Plan Diocesano de Pastoral ‘Parroquia Participativa, Comunidad de Comunidades’ es fruto del trabajo de oración y reflexión durante el III Sínodo, cumplido en la Diócesis de San Cristóbal (Venezuela). En el apartado Caminando juntos en el nombre del señor se describe el trabajo de las parroquias y el nuevo orden que deben observar.
- En relación a las parroquias, éstas no deben seguir siendo un centro de servicios pastorales de asistencia espiritual y caritativa.
El Documento de Aparecida señala que no deben continuar con una “pastoral de conservación”. Antes bien, es urgente fortalecer la nueva imagen de Diócesis y parroquias, con sus comunidades, que asuma la dimensión misionera que es ejercida por sus miembros.
- La renovación de la parroquia no se puede limitar a elaborar un simple organigrama, el cual puede cambiar en el tiempo y según las circunstancias.
Señala el documento que desde la apertura a la ministerialidad de la Iglesia, los servicios deben ayudar para atraer a la gente a la parroquia y sus Comunidades Eclesiales de Base (CEB), a fin de que sientan que también pertenecen a la Iglesia y son protagonistas de su misión.
- Esto mismo supone que desde la parroquia misionera se vaya al encuentro de todos, en especial los más alejados e indiferentes para invitarlos a vivir la alegría del Evangelio del Señor.
En la Exhortación Apostólica Christifidelis Laici (n. 26) la parroquia es reconocida como una comunidad de fe y comunidad orgánica. Es una célula de la Diócesis (cf. AA n. 10), que reúne familias, comunidades pequeñas y movimientos: acoge las angustias y esperanzas de los hombres, anima y orienta la comunión, participación y misión.
- No es principalmente una estructura, un territorio, un edificio; ella es familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu Santo (cf. DSD n. 58).
Con este Proyecto pretendemos seguir renovando la parroquia y, con ella, la Diócesis.
- Se trata de pasar de un modelo de pastoral asistencialista y de conservación a un modelo de pastoral misionera; desde un modelo más bien reducido a lo cultural y sacramentalista a un modelo integral, donde la fe que se proclama, se hace compromiso y se celebra.