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CHINÁCOTA – Norte de Santander.- Hemos leído la carta que le envió Guillermo Botero Nieto, presidente nacional de Fenalco, al presidente Santos; la solicitud del senador Juan Fernando Cristo y de algunos parlamentarios, que el Gobierno debe declarar nuevamente la emergencia económica o hacer un plan de choque para Norte de Santander, con el argumento que estas medidas eviten el agravamiento de la situación que vive la frontera con Venezuela y que pone en peligro la convivencia ciudadana.
Con todo respeto hago los siguientes comentarios:
Seguir hablando de emergencia económica y de plan de choque se nos está convirtiendo en el pan de cada día, pues cuando esto ha sido impuesto con rebajas de IVA, o regímenes especiales tributarios, no ha resuelto el problema, pues ahí vemos que seguimos en lo mismo, con el mismo problema de desempleo, economía informal en crecimiento, bajas ventas del comercio a los venezolanos, desempleo en más del 16 %, baja en exportaciones, contrabando y todo lo demás que conocemos, sin que realmente estos supuestos beneficios lleguen a la población. Pero nunca ha aparecido una propuesta de solución, no coyuntural, sino estructural al problema que tenemos en Norte de Santander.
En primer lugar, es necesario recordarles a nuestros dirigentes, políticos, gremios, empresarios y ciudadanía que lo que sucedió en Venezuela fue un cambio de modelo hace 15 años y que la tendencia ‘declinante’ de la economía seguirá. Esto fue en estos días ratificado por el presidente Maduro, quien dijo que el Gobierno seguirá expropiando y persiguiendo a quienes se opongan a ese modelo milagroso, que es el Socialismo del Siglo XXI.
Conociendo esto, o aceptando la verdad, es necesario reconocer que lo que ha afectado el comercio con Venezuela no es coyuntural, sino estructural. No hay solución por ahora dentro de ese modelo económico y político que está siendo implementado allí. Por lo tanto, para los nortesantandereanos es un hecho que los compradores venezolanos seguirán ausentes, que nuestras exportaciones a ese país seguirán bajas (hay escasez de divisas en Venezuela para comprar), que la inflación en Venezuela seguirá galopante y en crecimiento, que la apreciación del peso frente al bolívar seguirá en aumento y por lo tanto haciéndoles más difícil a esos compradores venir a Cúcuta a gastar lo que no tienen.
Por lo anterior, es necesario buscar una salida definitiva y una estrategia para implementarla que inicie un proceso de desarrollo económico sostenible para Norte de Santander.
1. No podemos ser indiferentes al problema de Venezuela, pero no podemos tampoco dejar que nos golpee nuestra estructura productiva. Debemos hacer algo y hacerlo o comenzar a hacerlo ahora, pues lo que necesitamos los ciudadanos son hechos y no tantas palabras, y peor estarle llorando al Gobierno, la mayoría de las veces sin llevar propuestas serias ni concretas sobre los temas que tienen que ver con la nación en el departamento. Tampoco estamos haciendo lo necesario con nuestros recursos y dentro de la responsabilidad que nos compete. Depende de nosotros, el que iniciemos un proceso de verdadero desarrollo económico y social. Es necesario, urge tomar la iniciativa de diseñar un plan de cambio, incluso en la actitud y convocarnos todos: Gobernación, gremios, dirigentes políticos, empresarios, universidades, comerciantes, dirigentes cívicos, todos, unidos para buscarle una salida sólida, independiente del mercado venezolano y de largo plazo al departamento, liderados por la Gobernación, de manera concertada y con verdadero compromiso.
2. ‘Concentrarnos en lo fundamental’. Carreteras. Se necesita que la nación asuma la intervención en tres vías.
– Cúcuta- Tibú- El Tarra- Convención- Guamalito – Ruta del Sol. Deben ser construidos puentes en Campo Dos (río Sardinata); río Tibú y sobre el río Tarra. Hacerle mantenimiento general a la vía. Esta carretera es fundamental para descongestionar a El Catatumbo y la salida de mineros del carbón, agricultores y comercio hacia la Costa Norte y al Magdalena Medio.
– Cúcuta- Ocaña- Ruta del Sol. Se requiere mejorar el tramo a Sardinata y construir al menos tres viaductos en la zona de La Curva, necesarios para agilizar el tránsito en cualquier época. Esto debe ser parte de la construcción de una Fase I de Viaductos en esta carretera que acorte distancias y tiempos de desplazamientos. La Fase II, a continuación, deberá ser la ampliación a doble calzada.
– Cúcuta- Pamplona- Bucaramanga. Continuar la ampliación a doble calzada, como lo solicita Fenalco.
Estos trabajos deben ser gestionados por los nortesantandereanos de manera contundente y seguimiento de congresistas, gobierno departamental, comunidad y gremios, con objetivos y metas que deben ser revisadas mensualmente. Sin carreteras no habrá desarrollo económico.
3. Es Responsabilidad del departamento y municipios iniciar la recuperación de la malla departamental y terciaria, clave para el comercio y conexión con las vías nacionales. Debe hacerse una valoración del trabajo y la inversión que se requiere, análisis económico y gestionar y planificar los recursos.
El trabajo en estas carreteras debe llevar al departamento a una promoción turística nacional e internacional, de potencial turístico, de los cuales esta tierra es rica, desarrollando esta industria, generadora de empleo y de ingresos para el fisco. También impactará al sector rural, estimulándolo a la organización empresarial y la creación de una clase media rural, que será motor de mayores desarrollos en el campo.
4. Es Responsabilidad del departamento, municipios, empresarios y universidades. Invertir en el capital humano. Norte de Santander necesita formar profesionales en las áreas claves de la economía e infraestructura, como en medio ambiente, en un plan de becas compartidas para la formación y la especialización de talentos en universidades de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Francia, Alemania, Japón, Israel y España, entre otros países. Este plan debe ser aplicado a los mejores universitarios de último año y a profesionales seleccionados que tengan experiencia laboral, con el objeto de formar, al menos, 50 profesionales por año en un programa de posgrados, doctorados y Phd, a 10 años. Los recursos de este programa deben ser de regalías, convenios internacionales con las universidades, la nación, participación de los estudiantes y con apoyo de los empresarios locales. Son necesarias la formación y la capacitación especializada para que en compensación regresen a trabajar con los sectores privado y público por un periodo estipulado de años u organizar empresas y negocios en el departamento.
La formación de talentos requiere de una alianza entre la Universidad- Empresa- Sector Público, indispensable para el trabajo empresarial, formación de nuevos y grandes liderazgos, organización de nuevos negocios e independencia de los profesionales.
5. Estímulo a la Inversión Privada. Es necesario, paralelo a la intervención de las vías, hacer un programa que verdaderamente estimule la inversión privada y generación de empresas, mínimo a 15 años, que puedan instalarse en la geografía departamental, generen empleo y se apliquen a desarrollar las fortalezas en energía, minería, servicios, infraestructura y actividades agroindustriales. El objetivo, generar empleo de calidad. Los resultados de este programa pueden predecirse y ser evaluados en la generación de empleo e ingresos.
6. Es responsabilidad del departamento analizar y definir la realidad, para viabilizar proyectos como El Cínera, un ingenio azucarero, zonas francas, empresas agroindustriales, manufactura, industria metalmecánica, estructuración de proyectos de energía alternativa, fundamentalmente la solar en parques, hospitales, escuelas, universidades, edificios y vías públicas, programa que debe ser iniciado desde los gobiernos departamental y municipales. La implementación de energía solar redundará en beneficios ambientales y económicos.
En fin, es necesario definir para dónde queremos llevar al departamento, qué futuro queremos construir, cómo lo debemos hacer y en qué tiempo hay que hacerlo. Debemos construir lo que necesitamos los nortesantandereanos: vías, energía, empresariado fuerte, mejorar nuestro sector empresarial actual, estimular la inversión productiva, mejorar la educación pública y la universidad. De esta manera podremos atacar la pobreza, reducirla y elevar el nivel de vida de la comunidad y ofrecer alternativas para el crecimiento y desarrollo económicos.
Es por esto y por muchas más razones que debemos trabajar más y mejor por nuestra propia tierra. Este es el verdadero plan de choque que necesitamos.
SEGUNDO ANTONIO GONZÁLEZ
Chinácota, marzo de 2014
